El derecho a la esperanza

Repaso las hojas virtuales de algún diario nacional o internacional, leo comentarios y noticias en las redes y lo que parece privar es una cierta certeza a la incertidumbre (si se me permite el oxímoron)

Llegan informes parecidos de todas partes del mundo: los contagios se revierten, las salidas se cancelan, lo avanzado se retrae, etc. Volteamos a buscar vetas, huellas, de noticias mejores.

Ante lo tajante e indiscutible de las cifras y las explicaciones técnicas cae muy bien respaldar esta realidad con los ejemplos de empatía y solidaridad comunitaria que se manifiestan al margen del reflector o el micrófono. Junto a las historias de lamentables experiencias con final fatal también existen otras de recuperación y triunfo sobre la adversidad, son las más. Conocemos de familias unidad por un diagnóstico adverso que han encontrado la manera de organizarse por turnos para cuidar unos de otros y así ir superando la enfermedad sin haber salido de su casa.

Frente a la inclemencia sanitaria habríamos que recordar que hemos sido una mayoría que superó las derrotas electorales y vivimos estoicamente sin salir a insultar a nadie por haber dicho aquel profundísimo pensamiento de “haiga sido como haiga sido” o a la filósofa pareja mujer -sensible de un ocurrente primer mandatario- que enviaba sendos mensajes citando de memoria a “otra mujer” a quien se refirió como la pensadora Rabina Gran Tagora (tal cual) en algún importante discurso.

Somos quienes sin insultos asumimos sexenio tras sexenio el hecho de que nuestra participación electoral no alcanzó para evitar “dudas” “empates” “angas o mangas” y continuamos pensando que llegaría un día en que muchas cosas serían diferentes.

El tamaño del saqueo a Pemex (con todo y los contubernios) los abusos de las compañías farmacéuticas, las simulaciones al impartir justicia, las empresas fantasmas, la lista de aviadores y un enorme etcétera.

Esperamos detenidos solamente de la esperanza de que un día viéramos las cosas cambiar. En medio de este proceso de transición nos azota una pandemia y se le hace frente con los elementos científicos existentes para paliar una ya complicada realidad. Ahí vamos.