LA COMEDIA POLÍTICA

Las broncas en el gabinete

Por Dan T.
sábado, 8 de agosto de 2020 · 00:00

El otro día iba pasando afuera de Palacio Nacional y escuché gritos desde adentro. Distintas voces decían: “Neoliberal”, “Inepto”, “Priista”, “Ratero”, “Hijo de Salinas”, “Hijo de Peña”, “Corrupto”, “Arrastrado”, “Baboso”.

Sorprendido le pregunté al guardia:
-¿Se están peleando los miembros del gabinete presidencial?

-No, para nada --me contestó-- Les están pasando lista.

En realidad las cosas en el equipo de Andrés Manuel López Obrador están más calientes que un universitario en una playa nudista. Y lo más interesante es que se están peleando delante de tooodo el mundo, como que se les olvida que están en el gobierno y piensan que están en una cantina... o en una combi.

Hace unos días supimos de una grabación del secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, que paradójicamente vino a poner muy mal ambiente entre sus compañeros del gabinete. A varios les tocaron sus catorrazos y que los exhibieran. Prácticamente lo que Toledo hizo fue ir acusando, uno a uno, al secretario de Agricultura, al jefe de la Oficina de la Presidencia, al subsecretario de Gobernación y hasta a la consentida secretaria de Energía. Pa’ todos tuvo el tal Toledo, pues los acusó de andar promoviendo negocios en lugar de cuidar los arbolitos y la ecología.

Para quienes no lo conocen, el secretario Toledo es un ecologista de los más duros, de esos que serían felices si destruyéramos todos los automóviles y las casas y nos fuéramos a vivir a cuevas o chozas en la selva. Sí, es uno de esos loquitos de la 4T que de verdad creen que traen un nuevo mundo a los mexicanos, cuando en realidad lo que traen es una calentura tremenda que nada tiene que ver con la realidad que vivimos todos los días.

A este grupo, por ejemplo, pertenece María Elena Álvarez-Buyllá, la directora del Conacyt que se sacó de la manga eso de la “ciencia nacionalista” en contra de la “ciencia neoliberal”. Para la supuesta científica, todo lo que tiene que ver con la modernidad es cosa del diablo y prácticamente prefiere que nos curemos con tecitos y hierbitas en lugar de andar gastando en medicinas. Si por ella fuera, a los niños en lugares de darles tablets para que aprendan a usar internet, habría que darles un ábaco y enseñarles a hacer señales de humo.

Otro de los integrantes del selecto grupo de los lorenzos del gabinete es el insufrible Hugo López-Gatell. Pocos lo saben pero el subsecretario que se encarga (es un decir) de controlar la pandemia del coronavirus, también es el que impulsa la guerra del gobierno contra la coca cola, los gansitos (los de Marinela, no los de AMLO) y los Doritos Nachos.

Por alguna extraña razón, el subsecretario tiene odio jarocho contra los refrescos y las botanas, productos a los que culpa de tooodos los males de salud de los mexicanos. Y si bien es cierto que no son alimento nutritivos en lo más mínimo, la realidad es que los mexicanos somos gordos no porque vendan pastelitos en el Oxxo, sino porque nosotros los compramos. Está comprobadísimo que el problema de obesidad en México tiene que ver más con hábitos de consumo que con la prohibición de estos productos. Es decir, de nada serviría que desapareciera los Boings, si en tu casa te vas a preparar un agua de limón muy sana... pero con un kilo de azúcar. Es como cuando pido 4 de chamorro, 3 de surtida y uno de oreja... con mi coca light.
 

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