ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

Embarcaciones Cochimí de Madera Sólida: Datos Históricos y Arqueológicos

Por Arqlgo. Antonio Porcayo Michelini*
jueves, 10 de septiembre de 2020 · 01:22

Fue en 1540 durante la expedición marítima de Francisco de Ulloa alrededor de Baja California, al norte del Paralelo 28, en el Pacífico, que fueron observadas por primera vez por los españoles en Isla de Cedros embarcaciones indígenas muy distintas a las balsas y canoas de tule que habían visto hasta ese momento en el litoral del Golfo de California y más al sur del Pacífico peninsular. Ulloa, y su compañero de viaje, Francisco Preciado, notaron que las embarcaciones estaban hechas de madera sólida lo que les permitía adentrarse incluso más lejos de donde tenían anclados sus barcos en alta mar. A ellos les debemos esas primeras descripciones siendo la más completa la de Ulloa. Al respecto mencionaba:

“Tenian cinco o seis balsas de que se servian en sus pesquerias, de maderos de pino e de cedro, tan largas como doze o quince pies, y tan gordas que apenas se podian abarcar con un abrazo; son rollizas lo que andan en el agua, e llanas a donde se ponen los que andan dentro, sin ninguna cosa gueca; traenlas a cada lado, para que tengan sosten, unos ganchos de palillos de cedros, muchos y muy bien atados unos con otros, e tan largos como las mismas canoas; remabanlas con unos palillos tan largos como dos o tres palmos, e tan gordos como tres dedos, e con una palilla a cobo de cada uno de ellos con tres picos y en triangolo, desta figura que ternan de pico a pico cinco o seis dedos”.

La siguiente mención de 1732 se la debemos al Padre jesuita Segismundo Taraval, al ser observadas en uso durante una expedición comenzada vía terrestre y después marítima para trasladar de Isla de Cedros a la misión de San Ignacio a las familias sobrevivientes de la epidemia de viruela de 1729. Sobre éstas mencionaba que:

“Vela no había, ni era capaz de ella la dicha balza, o canoa: que ambos vissos tenía, por tener el fondo de barco, y dos tablas de bordo”.

Después de las anteriores referencias históricas no se ha documentado la existencia de más, y no se sabía si algún día se conocerían físicamente, sin embargo, en los trabajos arqueológicos del 2002 y 2004 efectuados por el Dr. Matthew Des Lauriers en Isla de Cedros, se encontraron los primeros dos ejemplares que permitieron por primera vez estudiar desde el punto de vista arqueológico este tipo de embarcaciones.

Posteriormente, en el año 2011, el que aquí suscribe se encargó del rescate de un tercer ejemplar arqueológico, pero que extrañamente no se encontró en Isla de Cedros, sino en San José del Faro, un pequeño poblado pesquero ubicado en territorio peninsular, unos 100 km al noreste de Cedros.

Como resultado del estudio arqueológico de estas tres embarcaciones bajacalifornianas se puede decir de manera general que la madera utilizada para su elaboración se obtenía en las playas depositada ahí como madera de deriva.

Las especies de árboles identificadas visualmente en Isla de Cedros fueron de cedro y “redwoods”. Del ejemplar de San José del Faro se corroboró científicamente el uso de Sequoiadendron giganteum (sequoias gigantes de California). Las dimensiones hasta ahora documentadas arqueológicamente del casco de madera sólida van de largo entre 2.50 m y 4 m; ancho alrededor de 80 cm y un espesor de 30 cm. Su peso puede ser de alrededor de 400 kg. Su antigüedad radiocarbónica va del siglo XV hasta el XVIII d.C. Son denominadas actualmente como embarcaciones de casco estabilizado y, sin duda, son impresionantes.

*Investigador CinahBC
 

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