Lo que sucedió mañana – año 2027 – mes de septiembre- 86

(De los “memes” que circulan hoy en día por lo mares proselosos y contaminados de la cibernética)

Al igual que siempre, la Plaza latía armoniosamente con el rumor de pájaros, risas, música, exclamaciones de adultos bajitos que correteaban por los juegos y los jardines. Cada tanto las carcajadas de grupos de amigos que disfrutaban el buen vino o el cálido café, tronaban como repiqueteo de timbales.

El montón de hojas en blanco que todos llevamos en algún rincón del alma se alborotaban ante la posibilidad que la Plaza brindaba para que asentáramos en ellas alguna idea, algún poema , alguna historia, algún recuerdo, algún dibujo…alguna discrepancia.

Los diversos temas que en las tertulias de nuestros amigos se habían “abierto”, seguían, en su mayoría, abiertos.

Eran ricos y heterogéneos.
Abarcaban desde anécdotas de vida, hasta posiciones ideológicas.

El grupo iba recuperando, poco a poco el hábito de expresarse verbalmente, de ordenar sus ideas para poder exponerlas, hábito que fue, durante el siglo XX, castrado por el bombardeo de la Tele/cibernética que privilegió el desarrollo del más supino individualismo.

- ¿Se acuerdan que el otro día comentábamos algo sobre el feminismo? – aventó Don Sebas - ¿Y que Agustín se puso muy intenso con el tema?

- Si…si me acuerdo – contestó Mercedes
- Pues hoy quiero leerles una nota que considero magistral, no sobre el feminismo sino sobre el “masculinismo”. La recibí, como todos los días, producto de los ensayos que mi querido amigo José Antonio Lugo nos envía a los participantes del grupo “El Taller de la Casa Verde”. Quiero leérselos, porque lo considero como un aporte medular para el tema que comentamos sobre el feminismo.

- Pues adelante Don Sebas.

- Dice así:
“Hemos hablado en las dos últimas entregas de estos ensayos de las distintas manifestaciones de lo femenino, a través de las distintas diosas de diferentes culturas. Hemos dicho que las mujeres de hoy y del futuro deben encarnar estos arquetipos. Ahora bien, mujeres plenas y poderosas requieren también otro tipo de hombres.

Es triste decirlo, pero, como género, muchos hombres han asumido los arquetipos del bebedor, del Don Juan, del que violenta a las mujeres, del Peter Pan que nunca madura, del mantenido, del celoso patológico, para no hablar de casos todavía más graves como padrote, violador o asesino serial. Es claro que ese tipo de hombre no es el que quieren o querrán las nuevas mujeres, que están rompiendo los paradigmas que durante mucho tiempo establecieron relaciones desiguales de poder entre los géneros, por decir lo menos.

…la novela “Silencio en octubre”, del escritor danés Jens Christian Grøndhal (disponible en inglés en Kindle), es una novela estupenda porque está centrada no en el mundo femenino, como tantas novelas desde Jane Austen y Flaubert hasta nuestros días, sino en el universo masculino.

Vemos al protagonista enamorarse de distintas mujeres y abandonarlas de repente. Más que estos hechos, previsibles en la educación sentimental de muchos hombres, lo interesante es que somos testigos de las dudas y los deseos del personaje; de sus indecisiones y egoísmos, de una toma de decisiones que se preocupa poco o casi nada del impacto que las mismas tendrán sobre su pareja. Es sin duda, un testimonio sincero.

Pero hay otro tipo de nueva masculinidad que quiero resaltar. Su pareja, Astrid, lo abandona y le deja los hijos de ella. Él mantiene su protección y su relación con ellos. (Una) amiga danesa (me) informa que esto es normal en Escandinavia y que no se establece -como aquí, en muchos casos-, la división entre los hijos que la pareja lleva a la familia y que son de una pareja anterior y los de la pareja actual. Son simplemente hijos, y ante la ausencia de la madre, el padre los asume como si fueran biológicamente suyos, porque esa división no tiene sentido por allá.

Queridos compañeros de género: queremos hermosas, inteligentes y poderosas mujeres a nuestro lado. ¿Por qué no pensarlo al revés? Para estar ‘al lado de ellas’, ¿que nuevos paradigmas podemos ofrecerles, más allá de los que ya han demostrado ser obsoletos? ¿Podemos vivir otras posibilidades, además de las de amante, proveedor y padre? Yo creo que sí. Cada quien decide hasta dónde quiere llegar (y probablemente al hacerlo decidirá qué mujer querrá compartir con él el camino de la vida)”.

Don Sebas cerró displicentemente su cuaderno de notas y recorrió con mirada socarrona a todo el grupo, individuo por individuo, expresión por expresión. Uno que otro se reacomodó en la silla. Otros miraban fijamente sus respectivas copas de tinto, buscando en los tonos del vino alguna respuesta a este desafío de Don Sebas.

- Bueno…creo Don Sebas, que hay que, una y santa vez, poner un poco de orden en estas reuniones. Y me refiero que, cada tanto, avienta usted “gallos de pelea”al ruedo, nos deja “ensillados” y usted se va cantando bajito. ¿Le entramos al diálogo?¿Se va a quedar?

- Si, por supuesto. Pero para la próxima reunión.
Don Sebas se levantó y cantando bajito se fue por los caminos sombreados de la Plaza.

*Arquitecto uruguayo radicado en México hace más de 40 años

ricardoharte@yahoo.com.mx