DESDE LA NOTARÍA

Septiembre, Mes del Testamento

Por Diego Monsiváis Franco*
miércoles, 2 de septiembre de 2020 · 00:01

Aunque ya hemos hablado muchas veces sobre el testamento, durante este mes volveremos a repasar todos los conceptos que ya hemos visto anteriormente, dada la importancia que reviste este tema.

La primer pregunta que la gente se hace es ¿para qué voy a hacer testamento si todavía no me voy a morir?

Desde luego, es un argumento que no se sostiene: Nadie sabe el día ni la hora en que nos llegue ese momento de la muerte. Pensar que por que es joven no puede morirse es una mentira. La muerte sorprende desde bebitos hasta adultos, pasando por niños, jóvenes y de la tercera edad.

Por otro lado, no se hace testamento porque ya se vaya a morir, sino para estar preparado cuando llegue el momento, teniendo todos sus papeles en regla, incluido el testamento.

Lo primero que deben saber los padres es que si bien tienen unos hijos ya adultos que consideren responsables en su vida laboral, matrimonial y familiar, es que al momento en que debe determinarse a quién le toda la herencia de sus padres, surgirán una serie de emociones y sentimientos que mezclados con el deseo de recibir algo gratis, se puede convertir en una mezcla fatal.

En efecto, he comentado en otras ocasiones que los hijos, al no haber testamento que declare la voluntad de los padres, ellos interpreten esa voluntad, conforme a sus propios recuerdos, sentimientos y emociones, y empiezan a decir: “todos ustedes hermanos sabían que yo era el preferido de mi padre y que por lo mismo todo lo que tenía él, me corresponde a mí”. Otro dirá que él era el preferido de su madre. Otro dirá que el papá ya había declarado que a él le tocaría la casa de la herencia… Y así sucesivamente, cada quien declarará lo que le conviene… Y empiezan los pleitos, llegan a los juzgados y durarán años y años, desgastándose, odiándose y peleándose, hasta que ellos mismos mueran.

Como este ejemplo, me ha tocado ser testigo de muchos casos similares. Todos los hermanos enojados contra todos los demás hermanos y queriendo quedarse con toda la herencia, basados en una mezcla de amor y codicia: Si a mí me quería más mi padre, es lógico que a mí me deje toda la herencia, afirman. Y esta mezcla resulta letal.

¿Qué necesidad tienen los padres de enfrentar a sus hijos unos en contra de otros, tan sólo porque no le pareció bien hacer testamento y confiando en que sus buenos hijos compartirían hermanablemente la herencia? Si eran buenos hijos en vida de los padres, ¿Qué les asegura que lo serán después de su muerte? ¿Tendrán necesidad de confiar y creer en sus hijos, mientras exista la posibilidad de que se peleen, se enfrenten unos contra todos por esa creencia de los padres?

La verdad es que no vale la pena. Durante este mes y con el propósito precisamente de evitar pleitos fraternos es por lo que el gobierno y los Notarios nos hemos puesto de acuerdo para facilitar a todo mundo el que hagan su testamento. Los precios se han reducido a la mitad o hasta un cuarto de su precio, con tal de que hagan su testamento durante los meses de septiembre y octubre. El gobierno deja de cobrar el servicio de registrar el testamento y los Notarios bajamos nuestros precios, aún por debajo de nuestros costos, con tal de que se logre este propósito.

La vida pacífica a todos los interesa y los conflicto entre hermanos, a todos nos afecta, seamos o no familia. El verlos pelear con tanto encono hace que los demás se sientan desalentados ante la vida y la muerte.

Pero se nos acabó el espacio por esta ocasión y continuaremos en la próxima, explicando otras cuestiones relativas a los testamentos.

*Titular de la Notaría Pública Número 5 de Ensenada

diegomonsivais@notaria5ensenada.com

 

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