REDESCUBRIENDOBC

Asomándonos a la nueva realidad

Por Luz Adriana López Gallegos*
miércoles, 23 de septiembre de 2020 · 00:00

Durante esta cuarentena que ya lleva medio año, hemos vivido un cambio drástico en la forma en que interactuamos con nuestros semejantes, llámese familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etc.

El “Quédate en Casa” y la dichosa “Sana Distancia” nos orillaron a hacer uso de otras herramientas de comunicación e interacción, tanto que ahora que estamos volviendo poco a poco y por necesidad a nuestras actividades “normales”, nos sentimos paranoicos, amenazados o culpables.

Paranoicos porque sentimos que todos nos ven y juzgan por estar en la calle cuando deberíamos seguir en casa, a pesar de que necesitemos salir a nuestros trabajos o a realizar compras.

Amenazados, porque sabemos que la enfermedad sigue ahí, en cada esquina, en cada barandal que tomamos o puerta que abrimos. Y culpables, cuando se nos ocurre ir a comer a algún restaurante o salir a alguna reunión y disfrutar un poco de la buena salud que muchos ya no tienen.

Sin duda son momentos difíciles para nosotros como individuos y como comunidad, por un lado queremos mantenernos sanos y seguros, pero por otro necesitamos que la economía de la ciudad siga funcionando para poder conservar nuestros trabajos.

Así pues, desde hace casi dos meses se ha visto un incremento considerable en la cantidad de personas en las zonas comerciales y turísticas de las ciudades, ya se siente el aumento del flujo vehicular y se escucha más ruido en las calles, cada día menos personas se quedan en casa.

A pesar de que siguen presentándose casos de contagio, las autoridades en Baja California ya han permitido la apertura de restaurantes, espacios públicos de esparcimiento y algunas actividades económicas, está demás ponernos a juzgar a las personas que están accediendo a esos espacios o desarrollando esas actividades.

Lo que nos corresponde es hacer nuestra parte y tomar las medidas necesarias para evitar contagiarnos, cuidando de nosotros mismos cuidaremos también a los demás.

Si tenemos oportunidad de asomarnos a la nueva realidad hay que salir con todo y cubrebocas, gel en mano y toda la actitud para seguir las recomendaciones de los lugares o establecimientos que visitemos.

Tal vez una buena idea sería comenzar por visitar lugares abiertos en horas de poca afluencia, ir a caminar por senderos naturales por la mañana o sacar a pasear al chucho por la tarde/noche ya que las calles están más despejadas.

Evitemos las conocidas horas pico en los supermercados y sobre todo los días de quincena.

Vayamos con paciencia y conciencia que quizá debamos esperar en una fila para poder ser atendidos o hacer reservación antes de llegar, recordemos que los prestadores de servicios deben cumplir con estrictos protocolos sanitarios a fin de poder desarrollar sus actividades y mantenernos seguros.

Tal vez desarrollemos inmunidad de rebaño, tal vez llegue una vacuna en corto tiempo o quizá debamos aprender a vivir con la enfermedad el resto de nuestra vida; en cualquiera de los casos no debemos descuidarnos ni perder de vista nuestra obligación con la sociedad,

Si se asoman a la nueva normalidad, no olviden protegerse y protegernos.

Hasta el próximo viaje.

*La autora es periodista y gastrónoma

redescubriendo.bc@gmail.com

 

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