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Educación en tiempos de pandemia

Por Arturo Gamietea Domínguez*
sábado, 26 de septiembre de 2020 · 00:00

Enfrentar una epidemia y no tener experiencias al respecto, produce un abanico muy amplio de actitudes y creencias, en un extremo está: la aceptación total, la obediencia a las disposiciones de las autoridades y tratar de sacar el mayor provecho posible al confinamiento, en otro extremo: la negación de la existencia del evento, el desafío a las disposiciones gubernamentales, la tergiversación de la información oficial, con consecuencias que pueden provocan desajustes psicosomáticos.

No es agradable estar encerrado, abandonar rutinas, romper hábitos; sin embargo, por ahora es la única manera de control, para evitar tener situaciones terribles como las que la historia nos muestra en varios ejemplos o incluso, en la actualidad, países en donde por diferentes circunstancias no se prepararon adecuadamente.

Al buscar información sobre las pandemias o epidemias que han ocurrido, se puede entender que duran mucho tiempo, que el número de personas que mueren es grande, que llevan mucho dolor a las familias, incluso algunas de ellas se llegan a exterminar.

Una de las diferencias entre las pandemias o epidemias de la antigüedad y la presente, es que actualmente hay mucha capacidad para permanecer comunicados, con nuestros familiares, amigos, centros de trabajo, centros culturales y miles de otros lugares más; mientras que esto no sucedía en las pandemias anteriores.

Ha sido sobresaliente el esfuerzo que se hace en el mundo entero, en particular en México, para que los alumnos continúen con sus estudios a través de diversos medios de comunicación, se ha desarrollado mucho trabajo para que puedan recibir clases en sus casas.

Para México no es novedad la educación a distancia, desde 1928 se inició el apoyo por la radio para las escuelas rurales, posteriormente se instituyó la Telesecundaria y en la actualidad también se apoya por Internet.

Durante esta pandemia sobran muestras del empeño y trabajo de profesores, alumnos, padres de familia, desarrollos en Internet y en medios masivos de comunicación, para que los alumnos continúen con la escuela. Pero, asimismo, se han mostrado limitaciones importantes, por lo que no se puede asegurar que se logren plenamente los objetivos escolares.

Lo más inmediato es la falta de equipo para comunicarse, otro impedimento fundamental es que para ser profesor se necesita una licenciatura, no basta paciencia, es necesario ciencia. Una madre de familia que no es profesora, se le pide demasiado: hacer que varios niños de diferentes edades vean las clases, al mismo tiempo, atender la oficina en línea y satisfacer las demandas domésticas.

Otra desventaja, es que los niños y púberes, necesitan para su desarrollo integral, convivencia real con sus compañeros, intercambiar experiencias lúdicas, convivir con más personas aparte de sus familiares.

Aún es muy pronto para decir si funciona o no lo que lleva a cabo la SEP por motivo de la pandemia; pero sí se puede asegurar que es mejor esto, con sus limitaciones, que dejar al garete a tantos estudiantes, porque seguramente habrá muchos a quienes les ayude, no solamente a aprender el contenido escolar, sino también a soportar la pandemia.

*Matematiké, JUBI-UNAM-CNYN
 

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