TINTERO INTERNACIONAL

El asunto Hebdo

Por Arantxa Meza*
sábado, 5 de septiembre de 2020 · 00:15

En enero de 2015, el mundo entero se conmocionó ante los sucesos violentos que tuvieron lugar durante tres días seguidos. Todo comenzó el día 7 de dicho mes con un ataque en las oficinas parisinas de la revista Charlie Hebdo, tras el que fallecieron doce personas. En los dos días siguientes, otras seis personas murieron durante tiroteos relacionados (incluyendo a una oficial de la Policía Nacional de Francia) en la región.

Los dos sospechosos principales eran Said y Cherif Kouachi quienes, según diversos medios de comunicación, tendrían nexos con grupos como la red Buttes-Chaumont y Al Qaeda. Ambos perdieron la vida el día nueve de enero, tras un enfrentamiento con las fuerzas armadas francesas. Esa misma tarde también fue abatido Amedy Coulibaly, quien habría tomado a 19 personas como rehenes en un supermercado parisino y buscaba la liberación de los hermanos.

Ahora, a cinco años de lo ocurrido, se abrirá un juicio en contra de catorce personas que, supuestamente, tuvieron parte en la organización de los ataques. El caso que se desarrolla ante la mirada expectante de la sociedad francesa es, sin lugar a dudas, peculiar. Será el primero en la historia judicial del país en ser filmado y, además, tres de los acusados serán juzgados in absentia (puesto que se desconoce su paradero actual). Estos últimos son los únicos que enfrentan cargos por su supuesta participación directa en los múltiples asesinatos, mientras que el resto parece haber jugado un rol menor dentro de los ataques.

Por otro lado, quizás lo más significativo respecto a la reapertura del debate sobre el caso Charlie Hebdo y la libertad de expresión en Francia. Es bien sabido que uno de los “detonantes” del ataque hacia la revista fue la publicación por parte de la misma de una caricatura en la que se representaba al Profeta Mohammed. De acuerdo a la tradición islámica, no es permitido hacer representaciones de dicho personaje debido a que se busca evitar la idolatría hacia el mismo. Para los musulmanes Mohammed es, simplemente, el mensajero de Dios. Por ende, se considera bastante grave el que alguien decida hacer alguna representación del Profeta.

Dentro de muchos sectores de Francia, se cree que la revista estaba en todo el derecho de publicar dicha caricatura. Esto, en su opinión, debido a que deben protegerse los valores occidentales de la libertad de expresión y la crítica. Es claro que las masacres ocurridas no se pueden justificar bajo ningún argumento y, al mismo tiempo, no es posible defender la publicación (así como la reciente re-publicación) de la caricatura. Más allá de quedarnos con el argumento de la libertad de expresión, habríamos de reflexionar sobre la larga historia de violencia que ha sido perpetrada por parte de Occidente - y especialmente, por Reino Unido, Francia y los Estados Unidos - hacia los países de mayoría musulmana. Si consideramos esto, nos damos cuenta de que la caricatura de Muhammad es una grave ofensa para ellos que, además, viene cargando décadas de despojo, violencia y colonización.

Los musulmanes tienen razón en ofenderse por dicho agravio. Sin embargo, esto no justifica el asesinato de casi veinte personas. La sociedad francesa tiene razón en defender la libertad de expresión. No obstante, la libertad de expresión no consiste en ridiculizar a aquellos que han sido sistemáticamente oprimidos.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

aranxtameza@gmail.com

 

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