México Libre no fue

Si hay algo que la gente se preguntaba desde el inicio del sexenio de la administración de López Obrador, ciertamente era cuál sería el siguiente paso dentro de la política mexicana. En esta escena, sin duda lo que ha sido amplia y recurrentemente criticado ha sido el hecho de que no parece existir una oposición que realmente pueda hacer frente a la actual administración, algo de lo que evidentemente, el partido que respalda al federal y que acompañó la victoria del actual presidente, ha sabido aprovechar.

Desde las elecciones, la carrera presidencial se jugó entre el partido de López Obrador, MORENA, y el PAN de Ricardo Anaya. Respecto a los demás candidatos, tanto independientes como de partidos consolidados e institucionalizados, la realidad es que fungieron más como un talón de fondo mientras los protagonistas AMLO y Anaya se dieron a la tarea de reunir más votos para cada quién. Hoy, las caras que vimos a lo largo de la contienda electoral, y que en algún momento representaron la alternativa “segura” a la de López Obrador, parece que nunca se postularon.

La alternancia partidista en México reveló entonces la crisis de credibilidad que imperaba. Con la desazón que había dejado la administración de Peña Nieto, los escándalos de corrupción y los ex funcionarios prófugos de la ley, el PRI dejó de representar esa oportunidad de regeneración política que nos vendieron en 2012. A ese respecto, la candidatura de Meade estaba perdida desde antes de que se oficializara su postulación. El PAN, que en su momento fue la segunda opción, hoy experimenta el mismo desacelere que vivió entonces el PRI.

La única cara que en ese entonces lo vio todo perdido pero que volvió con una iniciativa de partido fue Margarita Zavala, quien es respaldada -como no podría ser de otra forma- por Felipe Calderón. México Libre desde su inicio fue recibido igual que los demás, incredulidad pura y dura que viene del hartazgo político que la sociedad mexicana viene cosechando desde hace años. Más allá de haberse dado a conocer como un partido de oposición por sus propuestas o visión de cambio, la realidad es que su -poco- reconocimiento viene dado por sus promotores, el dúo Zavala-Calderón.

La reciente negativa del INE a darle el registro como partido político a México Libre causó revuelo, y mientras algunos hablan de la “muerte” de la democracia en México, muchos otros recibieron la noticia de buena gana. Lo que es cierto es que la decisión se ha justificado en la presencia de irregularidades respecto a las donaciones y fondos que ha recibido México Libre, y es algo que tiene meses discutiéndose, no es cosa de hace unos días.

La situación demuestra entonces hasta qué punto esta falta de credibilidad por parte de la población se ha instalado dentro de la escena política mexicana. Por ello se debe considerar que una nueva propuesta política en México, hoy, debe casi tratarse con pinzas. El resbalón de México Libre con las irregularidades mencionadas, se liga a la historia de corrupción y falta de transparencia que ya conocemos y que según parece, por ahora, le ha costado el registro y el intento por formalizarse.

*Lic. en Relaciones Internacionales del TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com