DESDE LA PLAZA SANTO TOMÁS

Lo que sucedió mañana – año 2028 – mes de enero- 101

Por Ricardo Harte*
lunes, 25 de enero de 2021 · 00:00

Todo, en la Plaza Santo Tomás, brillaba con mayor entusiasmo, las sombras era más hermosas, las flores palpitaban a otro ritmo, la brisa jugueteaba aún más divertida que otras veces.

¿No han observado cómo el viento se entretiene con el cabello de las damas? Parece que lo acaricia con especial cercanía, como cuando uno revuelve la cabezota de su sobrino predilecto, ensortijándole el cabello.

“¿Cómo estás, hermosa mujer?” parecía decirles mientras les revolvía con sus manos invisibles esos bucles y lazos de diversas tonalidades.

El grupo de siempre se iba encontrando poco a poco. Llegaban en diferentes tiempos, toda vez que no había un horario para encontrarse, no había una tarjeta que marcar, un jefe al que reportar. Las reuniones habían sucedido a lo largo de estos siete años (la plaza se inauguró oficialmente a principios del 2021) y el mayor valor de estas tertulias estribaba en el gran interés de sus miembros de convivir, conversar, discutir, descubrir, reírse.

-Me he quedado un poco preocupada - comentó la Sra. Elsa- Me da la impresión que todos ustedes van derivando, poco a apoco, en posiciones izquierdosas que, repito, me preocupan.

-¿Y tienes algún evento específico, o comentario, que haya sucedido y que respalda esa sensación, querida Sra. Elsa? - preguntó Mercedes ocultando muy a duras penas el sarcasmo de sus palabras.

-Bueno Mercedes, creo que lo dije muy claramente: “me da la impresión”. No tengo, en estos momentos, datos concretos, temas, cifras y demás cuestiones que ustedes, los académicos, exigen para considerar cualquier opinión como valedera y escuchable.

-Sí. Nosotros los académicos y cualquier ser humano que pretenda argumentar sus ideas con soportes comprobables o aplicando la lógica de lo posible. Lo único que pretendo es entender tu comentario y, si tiene algún viso de realidad, buscar la forma de reducir esa preocupación que ahora manifiestas.

-Bueno, bueno - intervino Aída - Creo que es muy aceptable y reconfortante que nuestra querida Sra. Elsa tenga la confianza de exponernos esa preocupación, aunque no tenga toda la información necesaria para sostener su sensación. Por otro lado, creo que buscar los mecanismos de ir definiendo la asertividad de su preocupación, ya que puede ser producto de la realidad o puede ser producto de pre conceptos muy profundos, casi principios de fe, que hay que visibilizar tanto sea para confrontarlos o, por o menos, respetarlos.

-Yo creo- agregó Agustín- que el asunto podría ir componiéndose si la Sra. Elsa plantea sus comentarios o discrepancias en el momento en que suceda algo que a ella le alimenta su preocupación. ¿no?

-Pues sí…y no - sumó el Inge.- A veces sucede, y a mi me pasa, que ustedes se ponen en un nivel tal de retórica discursiva, que a mi me intimida y prefiero quedarme callado para no meter la pata.

Lo entiendo, lo entiendo- replicó conciliatoriamente Agustín- pero no estamos en un seminario internacional de las naciones unidas. Estamos entre amigos y nuestras charlas, todas, tienden a profundizar, en los diferentes problemas, para escuchar puntos de vista, con al ánimo de ir vislumbrando la verdad. O por lo menos, para tener la valentía de exponer nuestras ideas y creencias a la dura crítica del cariño y del respeto. A veces nos aferramos a argumentos demasiado racionales o analíticos, cuando hay dimensiones, profundas y misteriosas, que justifican nuestros pensamientos y nuestras creencias.

-Este…-musitó Don Sebas- creo que estamos todos de acuerdo. Y a veces sucede que discutimos durante, muchos minutos, para concluir que no hay tema a discutir. Por ejemplo, hay un tema que me gustaría poner sobre la mesa y se refiere a cuanto realmente hemos cambiado desde que se controló la pandemia del 2020/21. Y para ello ahí les va un fragmento de un artículo escrito por el P. David Fernández, SJ, ex Rector de la Universidad Iberoamericana Plantel Santa Fé - Cdmx. Lo traigo a colación, porque supongo que no podremos ubicarlo como un extremista de izquierda.

“El objetivo no es sobrevivir en una economía periférica dentro de una macroeconomía depredadora, sino conseguir que los modelos alternativos de intercambio social y comunitario, que han demostrado sus logros en el bien común, releven a las formas inhumanas de comercialización y consumismo. Éste es uno de los principales horizontes de la política del futuro.

Debemos pasar de “una economía que mata”, como ha dicho el Papa Francisco, a una economía que dé vida, particularmente a las mayorías: impulsar prioritariamente un desarrollo cada vez más incluyente y solidario. Como universitarios que somos, comprometidos con la realidad, debemos contribuir a posibilitar y fortalecer aquellos procesos, proyectos y decisiones dirigidos a generar mejores y consistentes condiciones de justicia social y equidad en nuestros países y el mundo”. (Ibero, Revista de la Universidad Iberomaericana,Abril/Mayo 2020).

Creo que el tema da para que hagamos ese diálogo que nos pide la Sra. Elsa, en que todos nos escuchemos y que todos opinemos.

*Arquitecto uruguayo radicado en México desde hace más de 40 años

ricardoharte@yahoo.com

 

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