LA BRÚJULA

Lilly Téllez, un camino de lucha

Por: Heberto J. Peterson Legrand
lunes, 11 de octubre de 2021 · 00:00

Después de ausentarme de mi querida Ensenada en 1968, regresé al año de 1973, y un año después, fui invitado a ingresar al Club Toastmaster, un club de oratoria y comunicación al cual asistí sin faltar durante 10 años.

Allí tuve el gusto de conocer y ganar a un excelente amigo, el Lic. Jesús Téllez Villaescusa. Jesús era una persona sumamente agradable, muy culto, excelente orador y llegó a ser campeón nacional de oratoria. Era además muy buen declamador y tenía una voz agradable que modulaba haciendo buen uso del volumen, el tono, ritmo, pronunciación…

Era intenso y se metía tanto en sus discursos que había ocasiones en que el tomador de tiempo le marcaba el tiempo y él seguía.

Me platicó José Luis Fernández Ruiz, que cuando estudió en el “Regis” en Hermosillo Sonora, Jesús le dio clases de filosofía y Teatro, un excelente maestro.

En 1989, me fui a vivir a Mexicali y durante mi estancia en la ciudad capital donde vivimos hasta el 2001, año en que regresamos a Ensenada. Estábamos mi esposa Antonia y yo viendo televisión y buscando un canal, voy encontrando el programa que conducía en Ensenada, nuestra querida amiga Cristina Góngora, hermana de Raúl, ya fallecido y de Genaro que llegó a ser presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, buen amigo de Jesús.

La dolorosa sorpresa fue cuando veo que entrevista a Jesús Téllez y allí me enteré de que había perdido la vista. Sin embargo, su lucidez seguía acompañándolo y lo vi con buen ánimo.

Lilly tiene en su papá su paradigma o modelo que desde que era muy pequeña le fomentó el amor a los libros, el uso de la palabra y los valores que le sirven de brújula como lo son el de siempre reconocer en el otro una dignidad.

Lilly dice ver la política como el medio para servir a su patria luchando en contra de la corrupción, por los derechos humanos, la justicia y el bien común.

He visto sus intervenciones en el Senado de la República, hablando con entereza, con valor y firmeza y pienso en lo orgulloso que estaría mi querido amigo al ver a su hija haciendo uso de la palabra desde su trinchera y en el Senado de la República para hablar por los que callan no dejándose retroceder frente al amarillismo de otros.

EL otro día que presencié la entrega de las medallas, Dr. Belisario Domínguez a Doña Efigenia Martínez y Post mortem al Dr. Manuel Velasco Suárez, muy merecidas me dio mucho gusto.

Cuando leyeron el discurso del Dr. Don Belisario Domínguez que pronunció en 1913 me pregunte: ¿Si estuviera presente don Belisario en esta ceremonia, se hubiera quedado callado o su voz habría sido escuchada ante la violencia, corrupción, crecimiento de la pobreza, muertes y violación de las leyes? Si así fuera que incómodos se sentirían algunos y con qué malos ojos lo verían.

La Senadora que habló a nombre del Senado no debió echarle tantos piropos al ejecutivo que estuvo ausente, ya que habló a nombre de las distintas corrientes allí representadas y el poder Legislativo es otro poder, pero bueno…

Qué bueno que la Primera Dama la Sra. Muller buscó cerrar heridas ante el dolor de una madre a quien le amenazan a su hijo menor de edad y ella con toda la razón defenderá como leona.

El discurso de Doña Efigenia me gustó, muy bien estructurado, fue sincera y abierta al fijar su postura y su llamado a la concordia y al respeto muy loable, ya que la democracia no es la ley de la selva sino el terreno donde civilizadamente se confrontan las ideas y las visiones.

Lilly, Senadora de la República, que como otras mujeres no se deja intimidar y no se queda cruzada de brazos viendo lo que sucede, sino que responsablemente lucha para que sucedan por el cauce de las leyes y la moral…
 

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