Ay la raza

Cuando llegué a vivir a Ensenada, procedente de Chilangoland- vía Toluca, hace más o menos 32 años, acababa de “pasar de moda” aquel exhorto groseramente xenófobo que ordenaba “Haz patria: mata a un chilango”. Todavía me tocó ver automóviles con la pegatina esa en la defensa.

Algunas malas lenguas aseguraban que la simpática frasecita era de la autoría del Gato Félix, pero no es así. El Gato lo más que hacía era escribir, cada semana, en la columna que publicaba en reconozido zemanario, la payasada esa de “Chilangoz, go home”.

Investigaciones un poco más serias que los chismes de pueblo apuntan a que el exhorto se originó en Sonora, como respuesta al masivo éxodo chilango de 1985 (migración que tuvo su origen en el terremoto aquel que luego detonaría silencios, caídas y otros traslados).
https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2015/09/18/el-exodo-del-sismo-y-el-haz-patria-mata-un-chilango.html 


La mentada invitación (a la matación, diríamos ahoy) me hizo recordar otra, mucho más antigua pero también más lógica y sobre todo más simpática. Y más esdrújula. Era un anuncio de radio en el que el locutor, con un vozarrón de barítono que quiere ser bajo profundo, decía (palabras más, palabras menos): “Los niños son el futuro de la patria… ¡Haga patria en colchones América!”.

Ya instalada en las recordaciones (¡já!) me vino a la memoria la frase de despedida del programa de radio que perpetrábamos -a principios del siglo 21- el Lic. Toscano y yo. Decía: “Señora, señorita: haga patria, ame (usted) a un norteño”.

El perspicaz lector lueguito se habrá dado cuenta de que esta invitación, si bien es parodia de la primera, está inequívocamente inspirada en la segunda. Viene siendo más o menos una variación de la idea implícita en el juguetón anuncio. If yú nú juaray mín.

Ah bueno… Fíjese. A propósito de la palabra “variación”… La variación (o, mejor dicho, el tema con variaciones) es una forma musical muy interesante. Las “Variaciones Handel” (Op. 24) de Johannes Brahms, por ejemplo, son exquisitas:
https://www.youtube.com/watch?v=c7oZFVs_Ixw .


Muchos compositores frecuentaron, frecuentan y frecuentarán esta técnica. Toman pedacitos de piezas de otros compositores como base para su propia elaboración. Bach, Vangelis, Mozart, Beethoven, Tchaikovsky, Rossini, Rachmaninov, Elgar, y un largo ectétera, han experimentado con ese truquito.

Por ejemplo, el ruso Sergei Rachmaninov se basó en un tema del italiano y muy barroco Arcangelo Corelli para componer un “tema con 16 variaciones”, para piano, que es una pequeña joya:
https://www.youtube.com/watch?v=WsvXgGHxM3k 


Pero, fíjese bien: el motivo musical de Corelli que usó Rachmaninov es el mismo tema que inspiró a Vangelis para componer la música de una peli que se llama “1492: La Conquista del Paraíso”. Se le conoce como “La folía” (la locura)... Y no es original de Corelli, aunque éste lo utilizó en una Sonata para violín que compuso en 1700; Él lo tomó prestado. De hecho, es un tema que ya había utilizado Gaspar Sanz, en España, en una obra para guitarra fechada en 1675. Y, ¿qué cree? Don Gaspar, a su vez, lo tomó, una de dos, o de Jean Baptiste Lully o de Marin Marais (muy franceses ellos), quienes lo habían usado tres años antes. Y ¿qué cree? Pues nada. Hasta ahí llegó la historia.

En tiempos de Corelli, existieron variaciones sobre la Folía a cargo de Vivaldi (1705) y de Scarlatti (1710). J. S. Bach lo usó en una cantata, en 1742. También lo usaron Purcell, Boccherini, Salieri, Paganini, Grieg, Liszt, Berlioz y hasta Joaquín Rodrigo… Se sabe que el más reciente vuelto loco con la Folía es el compositor griego Vangelis. Cheque usted, si le apetece:
https://www.youtube.com/watch?v=6aD_9s0DbDo&list=PL6D72A0D27BF67255&index=2 

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Y aburrrr.
bauldemanias@hotmail.com