LA BRÚJULA

No es lo mismo, la libertad de expresión que violencia y destrucción

Por: Heberto J. Peterson Legrand
lunes, 4 de octubre de 2021 · 01:27

Veía hace unos días a través de la televisión a jóvenes católicos, hombres y mujeres, tomados del brazo resguardando la entrada de una iglesia, para que algunas de las manifestantes que traían un listón verde y otras encapuchadas, no entraran y cometieran destrozos.

Los jóvenes católicos mantuvieron una actitud serena, mientras que algunas manifestantes, con botes spray los pintaban en cuerpo y rostros con el propósito de provocarlos para después, si alguno se defendía, hacerse las víctimas…

Pintaron algunas paredes de la iglesia. A la distancia estaban otras damas que participaron en la manifestación pero civilizadamente.

En otra manifestación en el zócalo capitalino se apreciaban jóvenes intentando ingresar a la Catedral con el propósito de hacer daño, destruir, pero afortunadamente allí sí estuvo bien protegida. Sin embargo, estas “damas” del listón verde, agredieron a mujeres policías lastimándolas y a otros miembros policías los golpearon con martillos que usaron para tratar de tirar las vallas pero no lo lograron.

¡Hemos fracasado en el campo de la educación? Se supone que todos las personas somos el resultado final de un proceso educativo que empieza en el hogar, pasa por las instituciones educativas, las iglesias, el impacto de los medios informativos, las empresas…

Un gobierno que ha sido agresivo en su discurso y polarizado a la sociedad, redes sociales más que con propuestas con agresiones perdiendo las formas vulgarizando y empobreciendo la comunicación. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué tanta violencia?

Se nos dice que este gobierno es diferente a los del pasado y tienen razón, ¡es peor!

No es congruente entre lo que dice y lo que hace.
Exceso de oratoria insulsa, diarrea vocal que no aporta, que no une sino divide. Un gobierno maniqueo donde están los buenos y los demás son los malos, sufre de paranoia con un liderazgo autocrático.

Como dice el título del presente artículo: No es lo mismo libertad de expresión que violencia y destrucción.

Todos tenemos derecho a manifestarnos, pero no tenemos derecho a destruir negocios, edificios y monumentos que son patrimonio de México y la humanidad.

La libertad de expresión es un logro de las democracias maduras, vivimos en una sociedad plural y somos un mosaico de culturas y debemos hacer uso de nuestra libertad pero responsablemente ejercitando el deber de reconocer en el otro el mismo derecho y ello nos llevara a formar parte de una civilización que vive en armonía y dentro de las diferencias sabe convivir.

Todos los países dentro del marco de su historia tienen luces y sombras, procuremos nosotros que sea la luz la que nos permita reconocernos y sanar juntos en un ambiente solidario que nos permita construir la paz.

Lo que se nos pedirá al final de nuestras vidas es: que tanto amamos México será lo que sean sus ciudadanos, nuestras acciones permitirán ir preparando un futuro digno, ojalá y en el camino encontremos liderazgos que sustenten sus acciones sobre la moral y la ética y no sea el utilitarismo, el relativismo y el egoísmo, que tanto dañan el tejido social, los que ganen terreno.

No queremos un gobierno de “puros abrazos y no balazos”, el Estado tiene su parte coactiva para obligar a respetar la ley y el orden, y cuidar al mismo tiempo que no se abuse en su aplicación, pero que no sea el cuidar la imagen pública para ejercerla o por motivos electoreros.

Espero que ya no estemos viendo estos espectáculos tan vergonzosos por el Bien de la paz Social.
 

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