LA BRÚJULA

La universidad

Por: Heberto Peterson Legrand
lunes, 1 de noviembre de 2021 · 00:00

Revisando mis archivos encontré algunos apuntes sobre reflexiones en torno a la Universidad, tema que no pierde actualidad.

La Universidad es una comunidad de maestros, alumnos y trabajadores que en ella laboran, cuya actividad es para conservar, acrecentar y transmitir el acervo cultural de un pueblo.

La libertad de la Universidad hoy en día, que vivimos una supuesta apertura democrática, se sustenta en la premisa de que las sociedades requieren de centros de pensamiento y critica independiente si verdaderamente quieren progresar.

Para lograr lo anterior, la universidad, como decíamos, debe conservar, acrecentar y transmitir los auténticos valores de la cultura y el saber de una cultura universal en el contexto actual de mundialización en que estamos inmersos y al mismo tiempo busque su propia identidad cultural que no deberá interpretarse como un repliegue sobre si misma que niegue su vocación universal, por el contrario, insistimos que debe participar en la cultura universal pero firmemente arraigada en sus propios valores para que no pierda el sentido de identidad y no caer en situaciones de dependencia cultural.

Requiere la formación de la formación de profesionales de muy alto nivel, con habilidades para el ejercicio público y con una sólida formación humanista; debe fomentar la investigación y la formación de investigadores, ejercitar la crítica destinada a la concientización y solución de los grandes problemas nacionales y regionales teniendo como faro una voluntad ética y de servicio.

La Universidad debe ser comunicadora de la cultura nacional, pues el hacerlo ayuda al estudiante a descubrir los valores patrios. No habría hecho más ilógico y lamentable que los estudiantes, hoy que se esta impulsando como nunca la internacionalización a través de intercambios, tuvieran conocimientos más profundos de la cultura de otros países que del propio.

La misión de la Universidad trasciende regímenes, fronteras y contingencias políticas. La Universidad debe cuidarse de verse envuelta en las luchas políticas partidistas. Le deben importar los problemas políticos en el sentido amplio, pero el espíritu que le debe animar no es partidista sino crítico y académico, su política es de discernimiento y de reflexión.

La Universidad es de ventanas abiertas al pensamiento universal como sostenía su Rector Don Manuel Gómez Morín, quien defendió siempre la libertad de cátedra y la defendió cuando en aquellos años de los ´30 del siglo pasado el gobierno de entonces la estaba dejando morir de inanición, y también fue defensor de su autonomía.

Todo proceso de la educación superior que realiza la Universidad quedaría incompleto si no logran incidir en el desarrollo de los pueblos cono el producto de su labor, por eso es de vital importancia la vinculación de la Universidad con su entorno, sea este gubernamental, empresarial o de cualquier otro orden.

Se debe evitar el aislamiento, ya que si la investigación y proyectos no se vinculan con los sectores públicos y privados, se deja de ser una base fundamental del desarrollo, que en nuestro caso es una necesidad urgente.

En la Universidad se han formado y se están formando líderes que tienen y tendrán en sus manos los puestos de responsabilidad que dan y darán rumbo a nuestro país en el concierto de las naciones. Se deben formar líderes con una profunda y sólida conciencia humanística, con formación en valores y virtudes, que les hagan encarnar el hecho de que el poder- en todos los ámbitos en que se desenvuelve la persona-es para servir a los demás y no para servirse de ellos.

En cierta ocasión el Papa Juan Pablo 11, de feliz memoria dijo: Mi vivo deseo es, por lo tanto, que la Universidad sea fragua incansable de cultura, de la investigación libre y ágil en sus programas, abierta a toda información cultural, para que de la franca discusión de los proyectos y de las ideas, se deriven soluciones que tengan al hombre y su dignidad como centro de interés.
 

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