Las “tres caídas”, Nieto, Lozoya y Paola

Hay errores que se pagan muy caros, aunque a veces hay autoridades que prefieren hacerse las sordas y dejar que todo pase, por más que se señale, se denuncie y se compruebe.

Y hay autoridades que quisieran dejar pasar algunos otros “resbalones”, pero cuando estos amenazan con “salpicarlos”, entonces el desenlace es inevitable.

En los últimos días hemos visto las “tres caídas”: la de Santiago Nieto, titular -hasta el lunes- de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); la de Paola Félix secretaría de Turismo de la Ciudad de México y por supuesto la de Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Los tres incurrieron en acciones que parecían inocentes y que nunca supusieron que les pudiese costar tan caro, pero la mala suerte -dirían algunos- se confabuló para que esas acciones les resultaran las “más caras” de su vida, por lo menos, hasta el momento.

Lozoya, es de todos conocido, seguía un proceso en libertad porque supuestamente proporcionaría datos que llevarían a “peces gordos” del pasado, sin que hasta el momento, eso hubiese ocurrido según se observó.

Y como su proceso seguía en libertad, podía trasladarse tranquilamente de un lugar a otro, como por lo visto hacía, dándose la vida de lujo a la que está acostumbrado.

Pero la suerte, la maldita mala suerte, se cruzó en su camino, y una “indiscreta” periodista (que ya es redundancia), a la que quisieron desacreditar diciendo que había recibido un obsequio, que consistió en una -también- lujosa bolsa, lo encontró cenando “pato” en un restaurante de renombre.

Así es que el pato le costó muy caro, y lo tuvo que pagar doble, porque no solamente habría cubierto su valor en el sitio donde cenó, sino que también con la cárcel, porque eso propició que las autoridades mexicanas (que con eso quedaron exhibidas y burladas) actuaran para que el pueblo “bueno y sabio” se diera cuenta que no son iguales, ni son los mismos.

El caso de la secretaria de Turismo, Paola Félix, también llamó la atención de la opinión pública nacional porque se descubrió que viajaba en un avión privado, en el que fueron localizados 35,000 dólares en efectivo, que supuestamente no se habrían declarado, por lo que, quienes ahí se trasladaban, quedaron detenidos por varias horas.

Ella no era la que llevaba la divisa estadounidense, ni mucho menos era la propietaria, pero el escándalo le alcanzó cuando la población se preguntó por qué viajaba en un avión privado, y a costa de quién, cuando el presidente de la república ha insistido en la necesidad de ser modestos, y no aspirar -ni siquiera- a lujos como -en este caso- sería el volar en un avión privado.

Tan es así, que López Obrador se traslada a todas partes en vuelos comerciales.

Y el último caso, el más sentido y el más escandaloso, es el de Santiago Nieto, quien feliz pretendía casarse en Antigua, Guatemala, y lo hizo, pero regresó sin contar ya con el título de fiscal de la Unidad de Inteligencia Financiera.

A su favor han argumentado que Nieto, no solamente informó al presidente sobre su matrimonio, sino que también lo invitó, y le notificó sobre quiénes serían los invitados; según esto le aclaró que la intención de casarse en Antigua era, porque su señora madre murió ahí, y eso le traía melancólicos recuerdos.

Otras versiones dijeron que lo hacía por el hecho de que él y su pareja, temían de algún atentado al celebrarse la boda en México.

Lo irónico, es que ni siquiera Nieto se siente seguro en México, y por eso su selección de casarse en Guatemala.

Pero volviendo al caso, el escándalo fue tan mayúsculo que el presidente -con todo y que fue notificado- decidió el relevo de este hombre, que supuestamente tenía en sus manos, varias y muy importantes averiguaciones, aunque para ser sinceros, ninguna ha derivado en acusación, y mucho menos, cárcel.

No se les olvide que los gobiernos son como la “casa del jabonero”: el que no cae resbala.

ANA Y CONDA

FBR. Y volver, volver, volver.
PD. - Ahora entiendo el por qué de esa aversión de muchos hombres hacia el matrimonio: dicen que las bodas traen mala suerte.

PD1.- Terrible el crimen cometido en contra del gasolinero Joaquín Aviña; fue de hecho una ejecución.

PD2.- Al margen de lo que las investigaciones arrojen, será bueno saber qué dicen al respecto la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, y la presidenta municipal Araceli Brown Figueredo.

PD3.- También un reto para la nueva Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (ya en ciernes), a cargo de Iván Carpio, para que no vuelvan a la entidad las ejecuciones públicas, o los “levantones”, como el de la abogada, en los juzgados civiles.

PD4.- Con la novedad de que sí cumplió la presidenta municipal de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, y ayer fue elegido el nuevo director de Bomberos de la ciudad.

PD5.- Y decimos que cumplió, porque ella ofreció que -por primera vez en su historia- los tragahumo decidirían a quién querían para que los dirigiera, y así no tendrían excusas para realizar mejor trabajo que el que hasta ahora han venido desempeñando.

PD6.- Y cuando algunas voces, dentro de esas filas advertían que Carrillo era el que tenía el mayor número de simpatías, aunque temían que la alcaldesa se fuera a inclinar por una mujer, eso no sucedió, y por primera vez, insistimos, salió el favorito.

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