CONVERSEMOS

La construcción de las mentiras

“La educación es el descubrimiento progresivo de nuestra ignorancia” John Dreyden Por: Ricardo Harte*
viernes, 12 de noviembre de 2021 · 00:20



La Agnotología.

Proviene de agnosis, la palabra griega neoclásica que se refiere a la ignorancia o el “no conocimiento”, y ontología, la rama de la metafísica que trata la naturaleza del ser. Agnotología es el estudio de actos deliberados para sembrar la confusión y el engaño, normalmente para vender un producto o ganar un favor.”

“Un ejemplo del uso de la ignorancia es la historia de la adicción al tabaco. Desde hace tiempo la industria del tabaco ha utilizado una estrategia efectiva para que la sociedad no conozca a detalle los efectos del cigarrillo en la salud. Uno de los lemas de este sector era: `la duda es nuestro producto´, por lo que sembraban incertidumbre sobre los resultados de investigación sobre el tema, cuestionando la metodología, la solidez de los resultados, los conflictos de intereses de los autores, entre otras estrategias. Los profesionales de la medicina hace algunas décadas incluso promocionaban el uso del cigarro, a pesar de la abundante evidencia científica que documentaba sus efectos sobre la salud “(Parekh R. Rewind: 1949 cigarette spot declares ‘doctors smoke Camels’. AdAge. 2012. Disponible en: http://adage.com/article/news/rewind-1949-cigarette-spot-declares-doctors-smoke-camels/236635/.

Los ejemplos de la mentira sistemáticamente inducida para “informar” y construir conciencias, son múltiples durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI. Toda la parafernalia propagandística del Nacional Socialismo que dominó a Alemania durante el régimen nazi, es un claro ejemplo de ello. Se aduce a unos de sus líderes, la famosa frase de “que una mentira repetidas muchas veces, se convierte en verdad”.

Y podríamos continuar “ad nausean” ofreciendo ejemplos de eventos políticos, movimientos ideológicos que se han basado en una plataforma construida en base a las tergiversaciones, a las mentiras, al engaño (Trump, Pinochet, Stalin, Vox, etc.)

Pero no debemos alejarnos demasiado para observar y sufrir este fenómeno de la política del engaño y de la distracción.

Actualmente existe todo un embiste en contra de empresarios y vinicultores que durante años se han dedicado al desarrollo de la industria vitivinícola, llevando al vino mexicano, desde prácticamente la inexistencia de ese producto en el concierto mundial, a niveles que hoy en día se conoce, se valora y se entiende la propuesta de nuestros vinos, los cuales se producen, en su gran mayoría, en los valles de la región de Ensenada.

Pero hete aquí que ahora esos productores que durante muchos años nadie se preocupó por sus avatares, por sus compromisos con el viñedo, con las carencias que el clima, la escasez del agua, la competencia desleal de vinos importados subvencionados de origen, se han convertido ahora en los villanos del escenario ensenadense. Se les acusa de abusivos, de incumplidos con los compromisos fiscales, de pasar por alto las normas oficiales, de amafiarse para defender sus intereses de grupo, etc. etc.

¿Y a qué se debe este cambio tan sorpresivo y tan intempestivo?

Pues los empresarios y habitantes vinculados a la producción vinícola cometieron el atrevimiento imperdonable de enfrentarse a los grandes intereses financieros que pretendieron, y pretenden, transformar los valles vinícolas en un territorio de cemento para sembrar grandes complejos hoteleros, casinos, centros nocturnos y demás satélites de la depredación social y física del entorno.

¿Y quién salió a castigar a estos atrevidos subversivos, insolentes, mal cumplidos vinicultores?

Pues nada más ni nada menos que la autoridad municipal. Esgrimiendo verdades parciales (nadie se niega a tener sus negocios en orden), se distrae la temática de los medios, de los corrillos, de los diálogos, de las redes antisociales y se pone en el candelero de la opinión pública la perversidad de estos señores que no han pagado algún predial o no han sacado algún permiso muy puntual sobre algún metro cuadrado que no cumple con los reglamentos.

La Agnotología en todo su esplendor. Se hace mucho ruido sobre un tema que en sí tiene visos de verdad, pero ello sirve para distraer el verdadero y monumental problema: los enormes intereses de capitales especulativos que siguen agazapados esperando que pase la tormenta y continuar con sus suculentos planes de sembrar cemento, sembrar delincuencia, sembrar más inequidades. ¿Por qué? Porque es negocio.

*Arquitecto uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años

ricardoharte@yahoo.com.mx

 

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