La maestra de la vida

Decía Cicerón que “la historia es la maestra de la vida”. No hay nada más cierto. 1994 nos marcó. Luego de un sexenio exitoso y modernizador, Carlos Salinas de Gortari se infundió en una promesa cumplida: ser el líder de una transformación inesperada. La sociedad esperaba todo del salinismo. Había llegado la era de la modernización, al fin.

1994 rompió la jetatura.
El 1 de enero, el mismo día en que el país entraba a la modernidad a través del Tratado de Libre Comercio, en Chiapas aparece el EZLN, la toma de varios municipios del estado de Chiapas sorprende al mundo. Los indígenas exigían la atención que nunca habían tenido.

La modernidad del salinismo no cambio el rostro del país. Se hizo evidente lo que siempre ha sido una realidad: la pobreza lacerante del país. Como un ajedrez de muerte el juego comenzó: en enero se levanta en Chiapas el EZLN y se rompe la paz, en febrero empieza a moverse la bolsa y la banca sin ton ni son.

En marzo, a mitad de su campaña es asesinado en Tijuana, Baja California, Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato oficial del PRI a la presidencia de México. Después de la revolución lo del EZLN sorprendió al mundo, nadie esperaba después de la revolución un movimiento de tales dimensiones.

El movimiento armado en Chiapas cimbró al país como nunca en su historia. Luego la muerte en Guadalajara Jalisco del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo puso los nervios de punta, el cónclave cerrado puso su llave maestra con el asesinato de Luis Donaldo Colosio en Tijuana.

Colosio representaba la modernidad, el cambio del sistema al mismo tono. La influencia por otro lado de personajes como Marcos, tuvo un liderazgo real, aunque para algunos representara un simple sujeto desconocido.

La Declaración de la Selva Lacandona fue ejemplo de la transformación de una guerrilla ortodoxa que se volvió un grupo de rebeldes, que fue clasificado por militares y la inteligencia fue clasificado como tal.

Marcos se volvió mítico.
Pero representó un cambio para la modernidad del país. En el sexenio de Carlos Salinas no se intento tan directamente la represión: ceso el fuego y se trato de llegar a un acuerdo, el 10 de enero el presidente Salinas hizo cambios en el gabinete, Manuel Camacho Solís fue designado el encargado de la pacificación en Chiapas, pero ser negociador incorporó a Camacho a la carrera presidencial, -algunos se decía entonces- lo consideraban una competencia para Luis Donaldo Colosio, lo que hizo declarar al presidente Salinas: “No se hagan bolas, el candidato es Colosio”- Camacho solicitó que no se le pagara por su labor en Chiapas, por ser representante del presidente de la república. Pero algunos lo sintieron como una competencia directa para Colosio.

La misma noche del lanzamiento de la candidatura de Colosio, Camacho se incorporó como negociador en Chiapas, nota que opacó los poco más de veinte días que duró la última etapa de la campaña.

Por ello hubo ambigüedad. Nada quedaba claro.
Al final, se negoció en Chiapas, se asesinó a Luis Donaldo Colosio, y el país se volcó en un espiral de violencia y crisis. Lecciones de la historia.

*Doctor en Derecho e investigador de Inpocipe y Cesun en Tijuana

alfonsotorr@gmail.com