BAÚL DE MANÍAS

De Tin, Marín. De Do, Pingué. A wé

Por: Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 2 de noviembre de 2021 · 00:00

Típico caso, Corchea. No sabes de qué escribir y te lo confiesas delante de tus hipotéticos (numerosos y cultos) lectores, cuando de repente, zas, te das cuenta de que hoy es martes 2 de noviembre. Y pácatelas. Asunto arreglado. Escribirás sobre la muerte y las canciones que ha inspirado. Por ejemplo, puedes preguntarte (y preguntarle al avispado lector) ¿cuál es mi (su) canción favorita sobre la muerte?

La mía exige desde ya un De Tin, Marín: Claro. Es esa simpaticona que dice, dice ella, aproximadamente, dice: “Cuando yo me muera, tengo ya dispuesto, en mi testamento que me han de enterrar, con una botella bien llena de vino y un racimo de uvas en el paladar”. https://www.youtube.com/watch?v=3VI0WFKFQLU .

A quien dispuso tal cosa en su testamento, con toda seguridad, sus deudos no se lo cumplieron. Ah, pero eso sí, lo enterraron con una almohada, con corbata y sin zapatos (con corbata si era él; con collar si era ella). Más neurasténicos (ellos, los deudos), imposible.

En realidad, es poca la amplitud del espectro de estados de ánimo, ritos y racionalizaciones con las que los humanoides confrontamos el final de nuestro viaje por este mundo. En resumidas cuentas, lo que unos perciben con angustia para otros puede suponer el alivio de una carga o la promesa de algo mejor. Ah, y también están los budistas, pero eso es harina de otro costal.

Una canción sobre la muerte que me gusta mucho (también bastante neurótica, por cierto), según yo tiene un error desde el título. Es esa de J. M. Serrat que dice “Si la muerte pisa mi huerto”. ¿Cómo que “si la muerte pisa mi huerto”? ¡Lo va a pisar, Juanito, de eso no cabe la menor duda! Y todas esas preguntas retóricas, Juanito, digo, ¿para qué? Ya vas a estar muerto. Nunca lo sabrás. https://www.youtube.com/watch?v=Tjg2Z61lcTQ .

El momento de irse al otro barrio, de chupar faros, colgar los tenis, entregar el equipo, pasar a mejor vida, cerrar el paraguas, bajar el telón, incorporarse al coro angelical, ha inspirado cientos de canciones.

Creo que la que más me gusta es una que cantaba Amparo Ochoa:

Viene la muerte echando rasero.

Se lleva al joven, también al viejo.

La muerte viene y jala parejo.

No se le escapa ni un pasajero.

No se escapa ni el rezandero,

y ni el borracho por vinatero,

ni el asesino por ser matón:

Todos tendremos que ir al panteón.

Mueren obispos, mueren profetas.

Mueren vicarios y confesores.

Ya no los curan ni los doctores.

Ya no les valen las ampolletas.

Mueren cantantes, mueren poetas…

Se muere el rico y el jornalero.

También se lleva al talabartero.

Y al carpintero con más ventaja,

porque hasta él mismo se hace su caja…

La muerte ha sido tan atendida,

que carga a cuestas con el obrero:

muere el casado, muere el soltero.

Mueren cristianos de gran empresa.

(Antes que venga hay que echar cerveza).

Hacia la tumba vamos marchando.

Vamos marchando sin dilación,

bien remachados en un cajón.

Cuatro personas nos van cargando.

Viene la muerte echando rasero…

https://www.youtube.com/watch?v=XhvXBMIFSo0 .

bauldemanias@hotmail.com 

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