La dignidad y majestuosidad de nuestras ideas

Los primeros fríos de este invierno 21/22 se han sentido en la región.

Árboles que desnudan sus brazos para dejar que la brisa azul se meta hasta el último rincón de sus tiritantes entrañas.

Un poco pasa también en la Plaza Santo Tomás.
El frío del invierno llega también con el frío nauseabundo del engaño.

La construcción de la ignorancia, para consolidar el mesianismo, el culto al liderazgo construido sobre las ruinas de un país obscenamente vapuleado por los privilegios, el robo y la impunidad. El líder todopoderoso que señala el rencuentro con el camino perdido. Los que han robado y violado le han hecho el camino fácil a este tipo de neo caudillos.

Son ellos, los antecesores, quienes han roto el valor de la democracia, abusando de sus poderes transitorios, traduciéndolos a poderes estables a través de la apropiación de la riqueza generada por el trabajo de un pueblo incomparable.

- Agustín - ¿Y sigue la polémica por esta Plaza?
- Mercedes- No sólo sigue. Ha empeorado. Ahora nos acusan de privilegiados, de anti populares, de no cumplir con toda una serie de compromisos.

- Sra. Elsa - ¿Y eso? ¿Qué es lo que no cumple la Plaza?

- Mercedes – Pues…sabemos que, a partir de subirse a un tabique, muchos se sienten poderosos y todo aquello que los enfrente, los contraste, los objete, se interpreta como actitudes conservadoras, enemigas de los intereses del pueblo.

Y a partir de ello, y enarbolando la lupa de la inquisición, encuentran el arroz prieto en la sopa y gritan escandalizados que toda la sopa está perdida.

- Sra. Elsa – Entonces…¿cuál es la razón, específicamente, por la que acusan de no cumplimiento. No entiendo.

- Mercedes – Entiendo que las razones tienen varias aristas. Una de ellas es una reacción visceral ante el enfrentamiento que productores agrícolas, concretamente los vinicultores, que hicieron frente al intento de atropello de convertir el Valle de Guadalupe en un lupanar de los intereses de las finanzas ajenas a la producción del vino.

- Sra. Elsa – Ahora entiendo menos. ¿Reacción visceral por algo que hicieron los vinicultores y ahora encuentran incumplimientos en el contrato de la Plaza Santo Tomás?

- Mercedes – Pues sí mi querida Sra. Elsa. El apellido de la Plaza es Santo Tomás y Bodegas de Santo Tomás participó activamente en la organización que logró, hasta la fecha, detener ese atropello, gracias a la intervención de autoridades federales. No municipales.

- Sra. Elsa – Entiendo. Entonces la bronca no es tanto con la Plaza sino contra Santo Tomás?

- Mercedes – Pues, es la única manera de explicarse tanta saña, buscando no un balance de lo actuado, sino gritando en forma histérica sólo lo que no se ha hecho.

- Don Sebas – Bueno. Es cierto, todo indica que hay algo de eso. Revanchismo de un liderazgo que está mostrando síntomas de prepotencia, de sordera, de incapacidad de dialogar. Ofendido ante la impertinencia de que alguien le diga: “no estoy de acuerdo contigo”. Es, un poco, la emulación del liderazgo a nivel federal. La lucha contra la corrupción, contra la impunidad, contra el “grupismo” de privilegios, ha orillado que líderes nacidos con la bandera del diálogo y de la lucha por un México más justo, se conviertan en clones de aquellos contra los que luchan.

- Mercedes – Sí. Y en vez de cumplir con el compromiso de apoyarse en el pueblo, se apoyan en el ejército y en ciertos poderes fácticos obedientes. Porque no permiten que el pueblo sea interlocutor organizado, ya que ese poder, de suceder, ya no se puede controlar.

- Sra. Elsa – ¡Madre del Cielo! Ya no pregunto nada, porque cada respuesta es un cursillo de política, sociología, estrategia, ¡más lo que se acumule!

- Agustín – Mire querida Sra. Elsa…Es obvio que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Y una primera actitud, es enterarse, discutir, saber sobre lo que está pasando. Saber es ahora una militancia.

Seguía el frío entrando por los flancos desprotegidos de la Plaza.

El frío del engaño, de la tergiversación.
*Arquitecto uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años

ricardoharte@yahoo.com.mx