BUFADORA

 
Como una casa de naipes se derrumbó el caso insignia contra la corrupción en este sexenio que tanto festina el presidente Andrés Manuel López, porque el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, finalmente fue encarcelado tras disfrutar de15 meses de privilegiada libertad en calidad de “testigo colaborador”, pero como nunca pudo presentar las supuestas pruebas en contra de decenas de ex funcionarios de primer nivel del gobierno anterior que encabezó el priista Enrique Peña Nieto, no tuvieron de otra más que meterlo a una celda, después de difundirse imágenes de Lozoya comiendo con su familia en un lujoso restaurante de la Ciudad de México.

Esta larga novela terminó siendo una cortina de humo, otro burdo discurso engañabobos, que confirma que los ciudadanos de este país se tropiezan varias veces con la misma piedra, pues basta recordar el inicio de la administración de Miguel de Lamadrid Hurtado (1982-1988), cuyo lema de campaña fue “por la renovación moral de la sociedad”, o el famoso “cambio ya” de Vicente Fox, que prometían los mismo, que era acabar con la corrupción.

Pasos medidos

 Midiendo muy bien sus pasos, y no precisamente por su estado de gravidez, la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, cada día se aleja más del estado de crispación y nervio que durante dos años se vivió en la entidad, por el estilo de gobernar de Jaime Bonilla Valdez, mismo que para sus más allegados y consentidos fue como el paso de un cometa, en tanto que para sus adversarios pasó como meteoro que se estrelló contra la tierra, o sea, igual de fugaz pero brutal.

Pero bueno, lo que ha venido a demostrar la nueva mandataria, en las escasas horas que lleva en el cargo, es que viene dispuesta a curar las heridas que dejó su predecesor, y como ejemplo diremos que cada día se ha dado a la tarea de visitar los centros de trabajo del Gobierno del Estado, para saludar, conversar y hasta tomarse fotografías con los empleados, cosa que “aquel” nunca quiso hacer, pues siempre se concentraba en una sola oficina, por lo general en Tijuana, que era desde donde transmitía sus mañaneras, las cuales funcionaban más como cuarto de guerra que lugar de trabajo.

Por si pareciera poco, Marina del Pilar también se ha reunido con grupos a los que Bonilla nunca escuchó ni quiso entender, y el día de ayer la mujer más popular del momento en estas tierras volvió a visitar Tecate, que podría ya denominarse “Pueblo Mágico de la Reconciliación”, porque se tuvo a bien realizar en esa cabecera municipal el “Encuentro por la Reconciliación y el Desarrollo Económico de Baja California”, en el marco del cambio de mesa directiva del Consejo Técnico Estatal de los Consejos Coordinadores Empresariales (CCE´s), responsabilidad que cayó en la humanidad de Adalberto Ramírez Lemus, a quien le tocará bailar, literalmente, con la más bonita.

Seguramente el que tendría envidia de la buena es Rafael Crosthwaite Reyes, quien coincidió al frente del CTE durante casi 10 meses con la administración del ex gobernador Jaime Bonilla, para quien los empresarios no eran santos de su devoción.

En su mensaje, la mandataria estatal reiteró su interés de tejer fino en cuanto a su relación con todos los sectores, y para el cierre de su mensaje se sacó de la manga una cita de Winston Churchill, misma que como era de esperarse, fue aplaudida de manera larga y sonora por todos los asistentes, y que a la letra dice: “Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar, pero muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”.

Por si fuera poco, ya en su página de Facebook remató con dos breves párrafos: “Este será el sexenio de las inversiones y de la reconciliación con el sector empresarial”.

“Baja California necesita de la coordinación y el apoyo de todos los empresarios para reactivar la economía y las oportunidades que el contexto actual nos presenta; juntos trabajaremos con el corazón por delante en favor de la economía y desarrollo de todas y todos”. ¡Sopas!

Tristeza en el gremio médico
El deceso del doctor Jorge Alberto Tello Mier, especialista en pediatría, provocó gran consternación en distintos círculos de la sociedad, y seguramente en las miles de generaciones de padres, hijos y nietos que visitaron su consultorio, ahí en la Plaza Cuauhtémoc, ubicada en la avenida Juárez.

Tello Mier se ganó el cariño, respeto y admiración de muchas personas, y sin temor a equivocarnos era uno de los personajes más queridos en Ensenada, donde en infinidad de hogares se le consideraba como alguien de la familia.

Descanse en paz el connotado galeno y nuestro más sentido pésame a sus familiares y seres queridos que deben sentirse orgulloso por haberlo tenido.

Más nombramientos

 Y como es de esperarse, siguen los nombramientos en las diferentes dependencias del Gobierno del Estado en Ensenada, donde Abril Sarabia asumió la delegación de la Secretaría del Campo; Rebeca Mungaray Lagarda dio el campanazo en la delegación de Recaudación de Rentas del Estado; Carmen Jiménez despachará en la oficina de Bienestar Social y Mónica Velázquez Castro ya ocupa el escritorio de la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado de este puerto.

No cabe duda que las mujeres, ahora sí, ya se empoderaron.

Interesante ver que el servicio a la comunidad, estará en buena medida bajo la responsabilidad preferente de las mujeres, y así se estará consolidando la verdadera política de equidad por tantos años reclamada.