LA BUFADORA

BUFADORA

Por: El Mosquito
lunes, 8 de noviembre de 2021 · 00:00

Como trompo chillador dejó la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda a los vitivinicultores con la noticia de la derogación del impuesto de 4.5 por ciento sobre el ingreso percibido por la venta de vino en envase cerrado con graduación alcohólica de entre 7 y 14 en la escala de Gay-Lussac, por el beneficio que tendrá para toda la industria vitivinícola de los valles de Guadalupe, Santo Tomás, San Vicente, y el resto de las zonas productoras de vid y vinos, incluso las que están fuera del municipio de Ensenada como Tecate, donde también hay producción.

En 1982, se cultivó el mayor número de hectáreas de vid en la historia de Baja California, cifra que fue decayendo, con un repunte notable en 1994, a lo que siguió un nuevo declive, hasta el punto de que alcanzar la extensión de cultivo lograda hace 40 años resulta una auténtica quimera en la actualidad.

La derogación del impuesto podría devolverle la vitalidad a la industria vitivinícola, y es bienvenida por el sector vinicultor que está tan contento con la noticia que hasta le dio el título de “Gobernadora del Vino” a Marina del Pilar, quien por cierto se comprometió a nombrar a uno -o a una- embajador (a) del vino.

Qué bueno que un gobierno que viene arribando, desde el inicio, se comprometa con una de las vocaciones de la región, máxime que el cultivo de la uva y la producción de vino, ha cobrado fama nacional e internacional e impulsando actividades colaterales como la gastronomía y el turismo.

Cuchillito de palo
¿Están de acuerdo en que se escucha muy diferente la frase de “los empresarios chillan como puercos amarrados de un cerco”, a la de los empresarios son “como el caballo que jala la carreta”?

Jornadas con el corazón
Por cierto que, en sustitución a las “Jornadas por la Paz” que encabezaba el que se fue, el pasado fin de semana arrancó la maquinaria del nuevo gobierno con las “Jornadas Con el Corazón”, con las que se buscará el contacto con las clases más vulnerables de la sociedad, para lo que de manera atinada se eligió a la colonia Vicente Guerrero, del municipio de San Quintín, donde de forma literal se le dio la bendición a la gobernadora del estado, por parte de representantes de las comunidades indígenas, quienes al mismo tiempo le entregaron el “bastón de mando”.

A este mosco le agrada que se haya seleccionado ese sitio en particular, porque a la gobernadora bien se le hubiera hecho fácil arrancar en Mexicali, por ser su ciudad natal y la capital de Baja California, de la que además fue alcaldesa, o bien, pudo inclinarse por el peso demográfico de Tijuana, pero se inclinó por el municipio con mayor grado de marginación de la entidad, como parte de un discurso de atención a todos por igual.

Cuestión de horas
No debemos olvidar que Marina del Pilar Ávila Olmeda comenzó con mucha energía su gobierno, y por lo que se nota su estado de gravidez no ha sido impedimento para demostrar su capacidad de movilización, aunque habrá que reconocer que tiene prisa, pues dentro de algunas semanas tendrá que reposar para el recibimiento del nuevo integrante de su familia.

Lo que debe hacerse notar, es que, sumando las jornadas laborales, su gobierno estará cumpliendo este lunes apenas 120 horas, descontando el lunes primero de noviembre que fue de asueto, y el domingo que debe ser de riguroso descanso.

Con eso se demuestra que contrario a lo que pensaba el ahora ex gobernador, Jaime Bonilla, no se necesita trabajar todos los días para ser eficiente.

Igualaditos
No es que este mosco sea espantado, ni mucho menos demasiado ortodoxo, pero en su aletear diario ha notado que varios de los colaboradores de la gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, la “tutean”, quizá por su juventud, tal vez por la confianza que ella misma les da, o acaso por la “costumbrita” que tenemos los norteños de tratar a todos igual.

Pero eso sin duda es una mala costumbre en el ámbito de gobierno, especialmente cuando se trata de la máxima autoridad, no simplemente de una persona, por espontánea, carismática, abierta y amiga que sea.

 No debemos olvidar que apenas hace dos administraciones, los asesores de imagen de Francisco Arturo Vega de Lamadrid dieron la pésima instrucción de que hasta en los comunicados oficiales se refirieran al gobernador en turno como Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, cosa que sonaba más chocante que las expresiones de Gerardo Fernández Noroña, Paco Ignacio Taibo II, Ramiro Orea y Armando Reyes Ledesma en una “selfie”, al grado que los reporteros más aguantadores le pedían a los encargados de comunicación social que ya no hicieran eso, porque lo primero que hacían al recibir un “boletín” del mandatario era buscar esa referencia para eliminarla, no fuera suceder que se colara en la edición por un descuido.

Ya con Jaime Bonilla Valdez la cosa cambió, y habrá que reconocer que por lo que se veía en los comunicados de prensa, no se “agüitaba” porque en sus afanes de protagonismo, a varios de sus funcionarios se les olvidaba que fuera incluido su nombre en el primero o segundo párrafo, aunque había veces en las que ni se le mencionada al furibundo jefe del Poder Ejecutivo.

Eso sí, todos sus colaboradores siempre se referían a él como gobernador o señor gobernador, como lo que era, pues.

En el caso de la nueva mandataria, primera mujer que nos gobierna a todos los bajacalifornianos, muy “chava” y lo que quieran, debe ser tratada por lo que representa, y es propuesta de este mosco sacudirse esa “confiancita” –por lo menos en público-, porque el respeto comienza con las expresiones, porque si en los eventos públicos, oficiales y abiertos se le habla de “tú” a la máxima autoridad del estado, cómo se referirán a ella en sus círculos de confianza.
 

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