HOY EN LA PLAZA

Estaba lindo ese anochecer en la Plaza Santo Tomás

Por: Ricardo Harte*
lunes, 8 de noviembre de 2021 · 00:00

Ya había pasado Doña Lupita con su grupo de limpiadoras, barriendo, recogiendo, con el parloteo de gente cómoda en su trabajo. La cháchara y las risas iban acompañadas por el rítmico sonar de las escobas barriendo los rincones. Escobas de mango rústico, con un atado de varas en un extremo. Un portento del diseño industrial popular.

Y se fueron alejando.
Cada vez se les escuchaba más lejos, tanto el “tras, tras” de las escobas, como las risas de sus manejadoras y, cada tanto, el imperioso tronar del “látigo” verbal de Doña Lupita: “Órale ustedes huevonas, menos risas, más trabajo!”

Lo cual causaba más risas aún.
El fondo musical del sistema de audio de la Plaza ocupaba, poco a poco, los rincones silenciosos nuevamente.

Se escuchaba el segundo movimiento del concierto No. 23 para piano de Mozart.

El diálogo del piano, pausado, suave, iba marcando el tema, que la orquesta retomaba, jugaba con él, modificaba y volvía a retomar.

Una delicia que, si uno se dejaba envolver, acariciaba el alma.

Arropados por esa calma, nuestros amigos murmuraban comentarios e historias viejas que alimentaban con exageraciones creativas y que daban a cada anécdota la sazón imprescindible para que la memoria se renovara.

Las risas competían con los brindis de las copas, que agregaban el sonido ambiental de los “tin,tin” del golpeteo de los “saluuud”.

- ¿Y qué saben del argüende que se están llevando entre la autoridad municipal y los vinicultores? – peguntó la Sra. Elsa.

- Pues…lamentablemente de argüende no tiene nada mi querida Sr. Elsa – respondió Don Sebas.

- Bueno, me refiero a las discusiones sobre la reglamentación del Valle de Guadalupe y la violación a dichos reglamentos. He leído que hay un montón de empresas vinícolas y de otros giros, que no han cumplido con lo que establecen las normas para las actividades que desarrollan.

- Si. Lo conozco. Le comento que no es argüende, porque el término remite un poco a una discusión bizantina o trivial. Aquí, en este caso, la discusión es bien delicada y tiene mucho fondo.

- ¿Ah sí? ¿y cuál es ese fondo?
- Pues haciendo un poco de historia, recordarán que hace unas semanas atrás hubo una manifestación por la carretera de la Ruta del Vino, en que un grupo importante de vinicultores de vieja cepa exigieron que se detuviera la incursión de capitales que pretendían, y pretenden, financiar complejos hoteleros, casinos, centros nocturnos, con la única finalidad de exprimir utilidades a sus inversiones sin considerar al daño que esas actividades producirían en las actividades agrícolas del valle. Un concierto, que derramó el vaso, fue suspendido por autoridades federales, no las municipales. Casualmente, entonces, las autoridades municipales se pusieron muy celosas con las reglamentaciones en cuestión y a manera de revancha, aplicaron dichas normas y en pocos días lograron detectar decenas y decenas de empresas vinícolas que, después de muchos años de producir los mejores vinos del país, descubrieron que no cumplían con tal o cual reglamento.

- Bueno, pero suena a venganza del municipio ¿no?
- Pues así parece. Porque dicen que las casualidades no existen y cuando los vinicultores se pusieron bravos para impedir la destrucción del Valle, las munícipes detectaron que ellos mismos, durante muchos años, no habían hecho la tarea de controlar el cumplimiento de dichas normas.

- ¿Y qué? ¿Ahora pretenden que todo se normalice de la noche a la mañana?

- Pues… sí. Todo apunta hacia allá. Ningún empresario del Valle se niega a tener sus actividades en orden. Sólo que ese proceso debe ser hecho con una revisión exhaustiva de la pertinencia de esos reclamos municipales y con tiempos adecuados para los casos en que sí haya irregularidades.

- Suena raro esa reacción visceral de la autoridad municipal ¿no? No quiero quedar como suspicaz gratuito, pero creo que detrás de ello están intereses económicos enormes – susurró Mercedes.

El diálogo continuó, los amigos hilvanaron conjeturas, opiniones, mientras los vinos transcurrieron con cautela.

*Arquitecto uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años

ricardoharte@yahoo.com.mx

 

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