¿De México para el mundo?

Uno de los recursos principales del Ejecutivo en un Estado es el uso del discurso, por medio del cuál se expresan intereses, se cabildean puntos de vista, se practica el complejo arte del convencimiento y mucho más.

Por ello, no es extraño que quienes ostentan el poder dentro del Estado adapten y moldeen su discurso a las circunstancias, a los receptores, a los lugares en donde se encuentra. Teniendo esto en cuenta, entonces no es de extrañar que el discurso sea mucho muy distinto cuando se trata de comunicar al interior del país a cuando se trata de comunicar fuera de este.

Algo que ha caracterizado a la administración federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, es que el discurso y el foco de atención se ha centrado casi exclusivamente a lo que sucede al interior del país.

Esto obedece al enfoque emprendido por él y su partido de continuar lo que ellos llaman la Cuarta Transformación de México, una transformación que, por lo pronto, no contempla muchos temas del escenario internacional. Pero evadir la participación en lo internacional, como es natural, es imposible en un mundo que está altamente interconectado.

Las últimas semanas, sin embargo, han sido importantes para México en lo internacional. Se destaca por una parte la Conferencia de las Partes, donde los países miembros, hasta el 12 de noviembre, continuarán discutiendo las medidas y compromisos necesarios para combatir el cambio climático.

Por otra parte, se dio a conocer que, a partir de noviembre, México iniciaría sus labores en la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, uno de los órganos principales de este organismo internacional que, entre sus muchas funciones, trabaja para asegurar el mantenimiento de la paz dentro del escenario internacional.

Para ello, se anunció que López Obrador presidiría una de las sesiones y no es de sorprender que aprovechará el foro para hablar de corrupción, lo que demuestra cómo para el Presidente, el discurso al interior del país es el mismo para el exterior del país.

Lamentablemente, el tema de la corrupción, a mi parecer, no alcanzaría para tener una actuación trascendental de México dentro del foro. No al menos cuando hay temas muy en boga que son más críticas para el escenario internacional, como la crisis que se encuentra latente en Etiopía, revisar la situación de Afganistán o la perdurable situación de guerra que atraviesa Myanmar.

Si bien, la corrupción es un tema importante en México y que ha sido un obstáculo para el fortalecimiento de las instituciones, temas más complejos como el del avance de los grupos de crimen organizado y el estado de violencia generalizada que atraviesa el país son una discusión mucho más urgente para el país.

Algo que debe de entender López Obrador, quien sigue mostrando más interés por lo nacional que por lo internacional, es que la participación en estos foros, más allá de hacer acto de presencia o posicionar el nombre de México en el mundo, es que proveen mecanismos de discusión y negociación, así como un espacio importante para forjar alianzas que puedan ayudar a México a avanzar en el combate de las problemáticas a las que se enfrenta el país y que, como se ha mostrado, a México tanta falta le hacen.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com