COYUNTURA

Al margen de la visita presidencial a Baja California

Por: Eloísa Talavera*
martes, 14 de diciembre de 2021 · 00:00

Que humillación para la gobernadora de Baja California y la alcaldesa de Tijuana que AMLO les regañara públicamente y las obligara a darse un abrazo de reconciliación como si fueran niñas y él su papá. Fue una falta de respeto a las investiduras de la gobernadora y la alcaldesa e incluso para quienes les dieron su voto. Debió ser muy vergonzoso el momento para ambas mujeres.

Humillante, sobre todo por su condición de mujeres; no cabe duda que se siente superior a las mujeres; pues este trato misógino que recibieron, no se lo dio a Bonilla en su tiempo, por circunstancias similares. Se los dio a ellas, por eso porque son mujeres.

Y es que ya en el bienio del Gobierno de Bonilla hubo enfrentamientos entre él y el alcalde Tijuana, Arturo González Cruz y la alcaldesa de Tecate, Zulema Adams Pereyra. Y por supuesto que el presidente jamás amonestó ni regañó al exgobernador Bonilla ni al alcalde González Cruz, menos conferirles trato de niños malcriados regañados por su papá en público.

Esto lo señalo porque es parte del contexto político machista que se tiene que ir cambiando. Todos los argumentos que el propio exgobernador Bonilla ha esbozado en contra de la gobernadora Marina del Pilar van en es sentido; desde que su esposo el ex panista Carlos Torres le ha llenado de panistas el gobierno; hasta que ella ha abierto muchos frentes políticos, al grado de que el presidente ha tenido que venir a apaciguar las aguas.

La realidad es que, sí hay un problema político y es que el ex gobernador Jaime Bonilla no termina por aceptar que su periodo concluyó y que hay nueva líder político en el Estado.

Por otro lado, es importante puntualizar, la responsabilidad que tienen como mujeres la primera gobernadora y alcaldesa de Tijuana electas en Baja California; por un lado, lograr la gobernabilidad, y por otro, ser congruentes con las luchas de cientos de mujeres que hicieron posible la igualdad en los espacios de poder político, y hacer una política distinta, respetando los derechos de las mujeres y hombres, erradicando la violencia política.

Lo menciono porque en el fondo de las diferencias políticas, lo que no es razonable es que las mujeres en el poder, respondan de la misma forma que los hombres al frente del gobierno. Dirimiendo sus diferencias políticas, utilizando a las instituciones.

Y es que lo que hemos visto en Baja California en estos dos gobiernos de Morena distan mucho de lograrlo, por un lado, comparemos los hechos en el periodo de Bonilla y los hechos con la gobernadora Marina del Pilar y la alcaldesa de Tijuana.

Por un lado, en el gobierno del ex gobernador Bonilla en sus diferencias con los alcaldes, éste utilizó a las instituciones de seguridad y justicia para dirimirlas, tal fue el caso el alcalde de Tijuana quién prácticamente fue expulsado de Tijuana, y qué decir de la alcaldesa de Tecate.

Y ya en el periodo del Gobierno de Marina del Pilar, la negativa de los cabildos afines a Bonilla de aprobar la reforma Constitucional para crear la Secretaría se Seguridad Ciudadana de Baja California.

El punto es que antes hechos políticos parecidos, la respuesta de solución, por parte de las nuevas gobernantes mujeres, ha sido la misma, solo que ahora las instituciones para dirimir sus diferencias políticas, son el poder legislativo y el cabildo. En ese contexto las y los diputados afines a la Gobernadora presentan una iniciativa para dividir el municipio de Tijuana.

Construir nuevas formas de hacer política y avanzar en la igualdad de derechos y erradicar la violencia política, no ha sido, no es fácil y ellas tienen la enorme oportunidad de hacerlo realidad. Ya serán los hechos los que lo rebelen.

*Ex diputada federal
 

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