BARÓMETRO POLÍTICO

Migrar es natural

Por: Susana Silva Gallardo*
martes, 14 de diciembre de 2021 · 00:00

Los procesos migratorios han estado presentes en el comportamiento social de las personas desde hace siglos, incluso mucho antes de que se concibiera la idea de los Estados con fronteras definidas.

Uno de los rastros naturales más evidentes que posee la persona, sin duda, es el instinto de la supervivencia, por lo que no era extraño el movimiento de pequeños grupos humanos que se trasladaban a nuevos territorios con la finalidad de mejorar su calidad de vida.

Aunque las evidencias históricas apuntan a motivaciones básicas como la búsqueda de alimento o de un mejor clima, algo que aún hoy en día atestiguamos como parte del ciclo de vida en las especies animales, para los humanos, los factores que justifican el desplazamiento entre territorios han evolucionado y se han complejizado al mismo paso que lo ha hecho la globalización, el sistema capitalista y la idea de modernidad.

Teniendo esto en consideración, resulta entonces contradictorio pensar en la migración como algo “anti-natural”, una idea que se ha popularizado y replicado en los discursos políticos de los siglos más recientes.

Detrás de estos discursos, aunque se defiende la idea de soberanía o de seguridad, lo que trasluce en la delgada tela de dichos argumentos son las ideas de discriminación como el racismo y la xenofobia, los cuales han impulsado ideologías como el nacionalismo y la famosa dicotomía del “nosotros” vs “ellos”.

Retomando la idea de la complejización de los procesos migratorios, el caso mexicano resalta la importancia de factores como la geografía, al ser el único que funge como una especie de “puente” para los demás países hacia la frontera con Estados Unidos; social, al ser un país con una gran tradición de población migrante; y política, representado en la intrínseca relación de poder entre los gobiernos de Estados Unidos y México.

El territorio por sí mismo se ha convertido en uno de los grandes obstáculos del proceso migratorio de las personas que provienen del casco sur o el Caribe. Los largos trayectos, la dificultad para conseguir alimentos y agua y más importante, los grupos delictivos que extorsionan, secuestran o asesinan a estas personas han sido peligros inminentes en el arduo camino hacia el antaño “sueño americano”.

Lamentablemente, a estos obstáculos se ha añadido la activa participación del gobierno mexicano -a través de su brazo armado, la Guardia Nacional y los cuerpos de la policía estatal- que, si bien en años anteriores había tenido un papel no pasivo, sino de bajo perfil, en los últimos años ha aumentado su participación al realizar operativos y estrategias violentas de contención como los encapsulamientos que se dieron el domingo pasado en la autopista México-Puebla.

A pesar del discurso por parte de la administración federal acerca de su papel en la defensa de los Derechos Humanos, el actuar tanto de los estados como de la misma administración dejan mucho que desear en este respecto, más aún cuando la intervención de cuerpos como la Guardia Nacional se vuelve cada vez más recurrente, pues más que una justificación que obedezca a los valores de “orden y cumplimiento de la ley”, parece más una estrategia de intimidación y un acto desesperadamente violento por hacer cumplir la agenda en materia de migración que ha impuesto el vecino del norte.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com

 

...

Comentarios