La chispa

Como científica social una de mis actividades favoritas es analizar mi entorno. Lo hago sin fines de investigación, solo por hobby. Uno de mis hallazgos preferidos es detectar esa chispa en los ojos de las personas cuando hablan de lo que aman hacer; se les transforma el rostro.

Afortunadamente he podido verla en incontables ocasiones, por diferentes motivos, al trabajar con personas tan diferentes unas de otras.

He podido ver la añoranza en los Asociados Fundadores de Caracol al recordar los tiempos en los que operaba Tecciztli, en la investigadora al compartir sus resultados en una conferencia, en el tallerista al explicar las peculiaridades de una planta y en el visitante al relacionar su conocimiento previo con lo visto en la sala de exhibición.

He disfrutado conocer y convivir con trabajadores de instituciones amigas que sueñan en grande, idean y planean hasta que el proyecto sale a la luz y puede ser, finalmente, disfrutado por todos. Entre gestiones, convenios, colaboraciones, convocatorias Conacyt y ruedas de prensa, hemos gozado de nuevas alianzas, cronogramas aprobados y eventos exitosos.

También he visto hermosos proyectos pausados o cancelados por falta de presupuesto o voluntad, pero que han servido de abono para otros más grandes o factibles. Por supuesto, he visto esa alegría en mis compañeras y compañeros de trabajo, en practicantes a mi cargo que después de su estancia se vuelven voluntarios, colegas y amigos.

Dicen que somos la suma de las personas que hemos conocido. Caracol, sin duda, es lo que es ahora gracias a las personas que lo soñaron, lo construyeron, rentaron sus espacios o recorrieron sus exhibiciones. Incluso a quienes no les agrada el proyecto forman parte, desde la crítica negativa o la inacción.

Al interior de sus blancas paredes pasan cosas que parecen tomadas de una telenovela, que la gente ni se imagina, para seguir recibiendo visitantes. Cada día, por sus puertas de vidrio templado, llegan personas nuevas y siguen escribiendo su historia.

El día que decidas regresar o visitar Caracol Museo de Ciencias por primera vez, tómate el tiempo de observar esa mirada en quien te recibe y te atiende. Mientras siga existiendo esa chispa y pasando de una persona a otra, este museo seguirá con vida.

*La autora es coordinadora de Comunicación en Caracol