BAÚL DE MANÍAS

Los usos de Beethoven

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 21 de diciembre de 2021 · 00:00

Yo no lo sé de cierto, tan sólo lo supongo, pero es posible que a estas alturas del silgo 21 no exista una “intro” musical más conocida que el famoso “para papáááááá” de la Sinfonía No. 5 del inconmensurable (inmenso, grandioso, súper califragilístico expialidoso) Ludwig van.

La leyenda cuenta que el 17 de diciembre de 1770 fue bautizado el segundo hijo de Johann van Beethoven y su esposa María Magdalena Keverich, en la iglesia de San Remigio (en Bonn). Según se describe en el acta de bautismo, al chamaco le pusieron por nombre Ludovicus (Ludwig) van Beethoven.

Su fecha de nacimiento, generalmente aceptada como el 16 de diciembre de 1770, no cuenta con documentación histórica que pueda respaldarla, así que acá seguimos festejando el 17 de diciembre.

Como seguramente usted ya sabrá, la méndiga pandemia le dio en la torre a la celebración mundial de los 250 años de su natalicio. Sin embargo, el rastro que ese hombre dejó en la historia de la música es tan profundo que la méndiga pandemia al final le va a hacer al Ludovico lo que el viento le hizo a Juárez.

Eso me recuerda otra leyenda. La que cuenta el origen de la canción “Roll over Beethoven” (1956), de Chuck Berry, que a mí francamente ni fú ni fá, pero que todos los compas de mi generación consideran algo así como “la neta del planeta rock”.

Lo curioso es que, con esa rolita, Berry sugería que el genio alemán era un canon (modelo, prototipo) contra el cual era inaplazable rebelarse, en la bastante movidita década de los cincuentas (del siglo pasado).

Otra leyenda cuenta que hizo la canción en protesta porque su hermana Lucy se ponía a tocar música clásica cuando él quería aporrear el piano con su música loca. Algo que queda perfectamente claro es que esa era una casa muy musical.

https://www.youtube.com/watch?v=EOrMg3pY7hw .


Y acá viene a cuento otra leyenda, o, mejor dicho, refrán (proverbio, sentencia, aforismo, dicho, máxima, adagio, fórmula, apotegma, ufff) que reza más o menos así: “No hay mala publicidad”. Y es que no solamente nadie se rebeló contra el canon. Hubo muchos que hasta ese momento se enteraron de quién era Beethoven y entonces ocurrió lo que tenía que ocurrir. Beethoven “pasó la prueba del añejo”, podría decirse.

Así las cosas, pese a los sabios consejos del Chuck Berry, diez años después del nacimiento de su “himno anti Beethoven” la premisa dejó de ser “rock en lugar de Beethoven” para convertirse en “rock y Beethoven”. Ahí tiene usted, por ejemplo, la rolita “Because” (1969), de John Lennon, que cita (nomás que al revés volteado) varios acordes del primer movimiento de la Sonata No. 14, “Claro de Luna”.

Cheque usted cómo, ya sea al derecho o al revés, Beethoven rifa. Ahí está “Because”, debidamente remasterizado y de recontraúf.

https://www.youtube.com/watch?v=hL0tnrl2L_U .


Y ahí está el “Claro de luna” (1802), de Ludovico van, con Claudio Arrau, que se toma su tiempo para hacerle justicia al autor:

https://www.youtube.com/watch?v=W0UrRWyIZ74 .


Sobre Ludovico van Beethoven han corrido (y seguirán corriendo) ríos de tinta. De momento, después de escuchar el Claro de Luna al revés y al derecho, yo me quedo con lo que dijo Franz Liszt, en 1852: “Cada obra (suya) es un mandamiento perpetuo, una revelación infalible”.

Y abur. Buen Beethoven, compermiso y… felices fiestas.

bauldemanias@hotmail.com 

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