Candil de la calle y oscuridad de Ensenada

Con la novedad de que llegarán a nuestra ciudad doscientos inmigrantes haitianos, debido a la saturación de los albergues de otras ciudades del Estado. Esta gente, según se ha dicho, no tiene intención de cruzar a Estados Unidos, sino de permanecer en nuestra ciudad.

El director del Centro y Asociación Civil por Amor a las Calles, Rogelio Castro Segovia, se muestra muy preocupado por el destino de estas personas y está invitando a la población a que hagan llegar al albergue, granos-frijol, lentejas, arroz, así como productos enlatados, pollo y otros alimentos.

Si bien es cierto que en el artículo 4 de la Constitución Federal, se dice que toda persona tiene el derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, lo cual el Estado lo garantizará, mas cierto es que antes que los inmigrantes están los mexicanos que residen aquí en Ensenada.

Quiero hacer la precisión de que al mencionar a los inmigrantes, me refiero únicamente a los extranjeros, no a los mexicanos, porque éstos tienen todo el derecho de moverse por cualquier parte del país, sin necesidad de salvo conducto u otro permiso, por lo que son bien venidos, tan cierto que nuestro Estado y nuestro Municipio, están poblados por mexicanos que vinieron de otras partes del país, que han contribuido a su engrandecimiento.

Precisado lo anterior, quiero decir que no me parece justo que vengan estos Haitianos, a agravar nuestra situación, alegando que vienen huyendo por la falta de empleo, por la inseguridad y la violencia, cuando en nuestro Estado y en nuestro Municipio, existe desempleo, mucha inseguridad y mucha violencia, condiciones que afectan grandemente a nuestros conciudadanos, sin que las autoridades hagan algo por mejorar nuestra penosa situación, pero eso sí, la situación de los Haitianos las tiene sumamente preocupadas, tanto que les produce insomnio.

Me sorprende que Rogelio Castro Segovia, director del albergue por Amor a las Calles, se muestre tan preocupado por los inmigrantes, cuando Ensenada tiene mexicanos en situación de calle, que duermen en las banquetas, usando como colchón una cobija, sin nada qué comer antes de acostarse.

Por qué, señor Castro Segovia, no se ha dado una vueltecita por la calle Cuarta y Reforma, para que se dé cuenta de todas las mujeres, hombres y menores que duermen sobre la banqueta sin previamente probar alimento, muriéndose de frío.

Sería bueno que viera cual es la situación de esas personas que viven en la banqueta que se encuentra frente a Catedral, o pasara por el puente de la calle nueve, para que sus ojos miren que existen mexicanos en esta ciudad que merecen que les den una buena ayuda, que nadie les da, ni siquiera el albergue que usted dirige.

Y de las autoridades ni hablar, al DIF no le interesa ayudar a los mexicanos en situación de calle, es más, sospecho que ni siquiera sabe que existen estos menesterosos, pero eso sí, ya están buscando la manera en que se le dará una buena ayuda para la manutención de los inmigrantes haitianos; a los mexicanos que viven en la miseria, ¡Que Dios los ayude!

Por todo lo anterior se afirma, tanto las autoridades estatales y municipales, como este albergue del señor Rogelio Castro Segovia, son un auténtico ¡candil de la calle y oscuridad de Ensenada! ¿Verdad que sí?