Ni una coma

“Al preguntarle si aceptaría se modificara una coma a su iniciativa preferente del sector eléctrico, el presidente replicó seco: Nada”.

Y así fue: los diputados y senadores de Morena y partidos afines no le quieren mover ni una coma a una iniciativa de ley que busca que la CFE tenga “prioridad” en el despacho de luz.

Que en corto busca prender generadoras eléctricas mucho más caras e hipercontaminantes. El impacto se medirá en nuestros bolsillos (o en los del gobierno, a través de subsidios) y en nuestra salud (costará vidas).

Orgulloso, AMLO ordenó: “Es muy sencillo lo que se plantea. Deberían estar callados, avergonzados (los que critican)”.

Y, claro, quieren cumplirle sus deseos a pie juntillas.

Gracias a Dios parece que estos deseos se quedarán en eso, en deseos. Se toparán con un muro estadounidense. Ojalá así sea.

Igualito pasó con el presupuesto, por cierto. Les valió la oposición.

Terrible.
En un mundo disruptivo, el líder que se empecina en que a sus ideas no se les mueva “ni una coma” está destinado a fracasar.

Una máxima que aplica también a los negocios y a la vida.

Pero en la política la tozudez tiene consecuencias masivas. Hombre, dependiendo del nivel del puesto, hasta puede darle en la madre a un país entero. Pregúntenle si no a los venezolanos.

Aquí en México no cantamos mal las rancheras. Llevamos 3 años de sufrir -una semana sí y la otra también- un dogmatismo inamovible.

Apenas una tenue línea divide tenacidad de terquedad. El tenaz que persevera logra sus objetivos, pero el terco empedernido se atora.

Porque, ¿sabes cuándo la terquedad mata? En momentos críticos, cuando un negocio (o país) enfrenta amenazas o circunstancias que requieren flexibilidad.

Cuando mantener lo que nos hizo exitosos no es lo mejor. Cuando hay que cambiar de rumbo y elegir una nueva estrategia.

Muchas empresas han sufrido por esto. Como General Motors, que siendo líder indiscutible perdió terreno ante pequeños competidores que luego se hicieron gigantes, como Toyota.

O Blockbuster, que en pocos años fue destruida por Netflix. Que me dices de Kodak, que inventó la fotografía digital y luego fue borrada del mapa por ésta. O Firestone, que supo por años de las ventajas de las llantas Michelin en Europa y no hizo nada para prepararse.

Y es que, en el largo plazo la flexibilidad es indispensable para sobrevivir.

¿No me crees? Repasemos estadísticas compiladas por Paul Ormerod en el libro “Por qué la mayoría de las cosas fallan”.

“Hace casi 100 años aparecieron las primeras multinacionales. Casi ninguna existe hoy. De las cien más grandes de 1912, sólo 52 sobrevivieron, pero apenas 19 siguen entre las cien mayores”, señala.

Y eso era en el 2005... imagínate ahora.
En el 2010, la revista Inc. publicó un artículo titulado “7 características que pueden matar a tu empresa”.

¿Sabes cuál ocupa el primer lugar?

La terquedad.
“Los emprendedores se apasionan con sus ideas, algo que es crítico para su éxito. Pero si la pasión impide ser flexible y abierto a nuevas ideas, más vale preparar el ataúd para su empresa”, advierte.

Ah, y por cierto, la segunda característica es prima hermana de la terquedad: la arrogancia.

¿Cómo evitar inercia y terquedad?
El gran libro “Built to Last”, de los profesores de Stanford Jim Collins y Jerry Porras, reseña dos características de organizaciones han mantenido su grandeza en el tiempo:

a) Estimulan el progreso a través de GMA, experimentación y mejora continua. GMA es Grandes Metas Audaces. No estar conformes con el presente, por más exitoso que sea.

b) Adoptan el genio del “y”. Mantienen su ideología central “y” buscan nuevos negocios. Buscan continuidad “y” el cambio. Generan estabilidad “y” progreso. El “y” las mantiene hambrientas.

No lo dudes ni un cachito: la flexibilidad es requisito indispensable, para triunfar en lo que sea. Y particularmente en la era de la disrupción.

El líder dogmático que sólo busca que le tomen dictado a sus ideas terminará por transformar para mal cualquier encomienda.

Un dogmatismo que conduce directito al fracaso.

En pocas palabras…

“Me gusta la crítica, te hace fuerte”.

LeBron James

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