Otra Navidad

Hoy en muchos hogares se celebrará la tradicional Nochebuena, la segunda consecutiva en medio de una pandemia mundial, y aunque aquí en Baja California no será tan triste como la de 2020, cuando el invierno negro que ocasionó el Covid-19 enlutó a miles de familias, en este final de 2021 la vacunación masiva redujo el número de fallecimientos, pero continúa el temor sobre el efecto de las nuevas variantes de dicho virus.

Así que debemos que acostumbrarnos a la vivir en la incertidumbre sanitaria, que pomposamente denominan la “nueva normalidad”, a la que muchos ensenadenses se resisten, prueba de ello es la cantidad de casos activos (personas contagiadas) que se registran en este puerto.

Sin embargo, los residentes de Ensenada soportan otras cargas emocionales, algunas que ya cumplen varios años, como la pérdida de la paz social debido a la violencia que genera la delincuencia organizada, que opera con absoluta impunidad.

Y aunque en estas fechas se caracterizan por establecer nuevos propósitos, la responsabilidad de garantizar la seguridad, el abasto de agua y servicios públicos de calidad, son nuestras autoridades electas, y no podemos permitir ni tolerar que se distraigan en disputas políticas, porque la sociedad paga las consecuencias.

Los funcionarios emanados de las urnas y aquellos que son designación, en los tres órdenes de gobierno tienen la obligación de coordinarse y atender las necesidades reales de la población.

Es inaceptable que argumenten que ciertos rezagos y carencias no los resuelvan por no ser de su competencia jurídica, pero como representantes populares sí son de su incumbencia; por tanto, no pueden lavarse las manos y mantenerse como espectadores ante crisis y conflictos.

Ensenada merece un tratamiento a la altura de sus problemas y expectativas, y eso exige que los gobernantes en turno asuman su responsabilidad, actúen con madurez y se dejen de frivolidades.

El ejercicio del poder no es un concurso de imagen ni un foro de transmisiones en vivo a través de las redes sociales para presumir mundos fantásticos y cultivar el ego.

Las tecnologías de la información se tienen que emplear de otra manera desde las esferas donde se toman las decisiones que van a incidir en la vida de todos.

Las redes sociales, sin manipulaciones, permiten conocer en tiempo real el sentir de la gente sobre las situaciones que les afectan, y eso es lo que deben medir los servidores públicos, no su índice de popularidad.

Ensenada, que alguna vez fue llamada la cuna de la democracia, la ciudad más segura del noroeste del país, la capital de vino mexicano, con excelente clima y la mejor gastronomía, todavía cuenta con las condiciones para ser uno de los destinos turísticos más atractivos del continente, pero sin seguridad, agua e infraestructura de gran calado, seguirá siendo la “Bella Cenicienta del Pacífico”, que sólo tiene derecho a disfrutar una noche de relativa paz, como la de hoy.