BUFADORA

 
Dice el alcalde Armando Ayala Robles, que el asunto de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe), se ha tornado más un pleito por poder que en arreglar las cosas.

Eso declaró durante una conferencia banquetera, en la que le sobraron epítetos - “porquería” les dijo a las cosas que hace el organismo operador- en contra de quien tiene el control de esa paraestatal.

Más apelativos condenatorios tiene para “quienes controlan” la Cespe, que para la oposición, a quienes, suave y delicadamente denomina “los contras”.

La verdad, aunque el director del organismo del agua local sea Jaime Alcocer Tello, el mensaje tiene dirección a la capital estatal, donde despacha la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Y es que al alcalde Ayala se le apareció Juan Diego, dicho sea, coloquialmente. Marina del Pilar es la gobernadora y en calidad de eso tiene mayor liderazgo político, poder vaya.

El problema del jefe de la comuna ensenadense es que la ve como iguales.

Supone que es la misma alcaldesa con la que compartió el primer periodo de gobierno municipal de 2019 a 2021, ambos como jefes de los gobiernos municipales de Ensenada y Mexicali.

No, no es igual. Ni antes, ni ahora. Marina del Pilar no sólo tiene mayor fuerza y liderazgo político, sino ha mostrado mayor oficio. Ella no habla mal de Ayala, le envía cordiales mensajes cada que puede, siempre sonríe y no se sube al ring de la confrontación. Ni ella ni sus funcionarios.

El gabinete optó por centralizar las actuaciones en la capital para evitar, precisamente eso, que los funcionarios estatales en los municipios acaparen reflectores que compitan con los alcaldes.

Ese mensaje es de mucha calidad política. No se inmiscuye, no los desafía, respeta su territorio y cada quien a lo suyo.

Ahora leamos al alcalde. En el tema de la Cespe, inmediatamente después de la renuncia de Marcelino Márquez Wong -nombrado con la anuencia del ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, tutor del alcalde Ayala-, el gobierno municipal designó a quien creyó sería su director general “forever”, Javier Vera, habida cuenta la municipalización en marcha.

No fue así, porque desde el primer minuto del primer día de gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda, cambiaron todos los directores relacionados al agua, desde lo estatal hasta lo local, en cada municipio. En Ensenada fue designado Jaime Alcocer Tello, con toda la venia y respaldo del gobierno estatal.

Alcocer venía de ser el director técnico de Márquez Wong y, durante la cortísima estancia de Vera, se mantuvo al margen, en la espera del momento indicado. Ni lo liquidaron, ni se dejó indemnizar. Se fue de vacaciones, pidió permisos, se escondió en una cueva y apareció en el momento indicado.

Sin embargo, el gobierno municipal despertó de su enorme letargo y comenzó a descubrir que la Cespe abría calles para reparar fugas y dejaba baches, se dio cuenta que había aguas grises sin tratar derramadas en las playas municipales y ahora vio las “porquerías” de la paraestatal.

Dicho otra vez sin pelos en las patas (de mosco), la Cespe viene mal desde hace 40 años, incluyendo los dos que estuvo bajo el mando del gobierno estatal anterior, cuando Ayala no discutía nada.

Traduciendo entonces, no es la lucha por el poder en la Cespe, sino la mano en los contratos de lo muchísimo que hay que invertir para detener los derrames de aguas negras a Playa Hermosa, para recuperar las aguas grises que se llevan a Maneadero y para darle eficiencia a las plantas de tratamiento que administra el organismo operador.

Decenas de millones de pesos es lo que hay de por medio. Esa es la lucha a la que se refiere el alcalde Armando Ayala y que, en Mexicali, lo entienden perfectamente.

No hay hombre bueno
El que vino a comprobar el viejo y conocido lema “haz mil cosas bien y nadie te dirá nada; haz una cosa mal y serás la peor persona del mundo”, fue el ensenadense Bernardo Caballero, quien, con varios años de prestar sus servicios en el gobierno municipal, ha sido un trabajador discreto, que se encarga de todo aquello que se dice que está detrás de las cámaras.

Pero, por andar pensando en la luna y sus eclipses, dejó la palabra “opertativo” en lugar de “operativo” durante una reciente ceremonia municipal. Por eso, se lo comían en las redes. Gajes del oficio.

La radio buena

Después de casi dos décadas de silencio informativo en la radio ensenadense, el público ya tiene buenas opciones de información -y en algunos casos entretenimiento- en los programas que conducen César Esparza, Jaime Nieto, Marco Flores y Fernando Escobedo, en diversas radiodifusoras que son un buen espejo del periodismo radiofónico.

Mención aparte los muy interesantes programas diario que conduce Eloísa Talavera y los que cada viernes se despachan en la 92.9, Diálogos y Contrastes, de Rommel Arvizu Rashid. No es de noticias, pero vaya que tiene interesantísimos temas el programa de Ignacio Beamonte, en cuyo espacio se extraña muchísimo a la inconfundible, inmejorable y cálida voz de Luis Mario Lamadrid Moreno, QEPD.

Borchardt en la estatal
A propósito, el que reeditó su programa de hace tres décadas, fue el colega periodista Martín Francisco Borchardt Takaki (¿a que no sabían su nombre completo?) con su espacio “Este Día” en Cadena Baja California.

Ayer tuvo de invitado al diputado local y dirigente estatal del Sindicato de Burócratas, Manuel Guerrero, quien dejó claro que el reciente zipizape con el también legislador, Sergio Moctezuma, es que este busca armar un nuevo grupo parlamentario con él mismo, según dijo, porque no va ni con la corriente de Morena de Marina del Pilar, ni la corriente bonillista, ni los partidos de oposición. Moctezuma no halla su espacio, es la moraleja.