AFN POLÍTICO

Marina, Monserrat, y sus errores

Por: Dora Elena Cortés
sábado, 4 de diciembre de 2021 · 00:00

Ahora sí, que prácticamente estas dos damas: Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de la entidad, y Montserrat Caballero Ramírez, presidenta municipal de Tijuana, están “emparejando cartones” con los errores, podría decirse garrafales, que ambas cometieron en dos asuntos que son verdaderamente preocupantes.

El de la gobernadora, tiene que ver con hechos que podrían lindar en actividades ilícitas o irregulares, con el nombramiento que hizo de su esposo Carlos Torres Torres como encargado honorífico de proyectos estratégicos en la entidad, y por lo que se refiere a la presidenta municipal de Tijuana, su tema está relacionado con la protección -que a toda costa- le están dando a Jesús Gabriel Sánchez Farfán, secretario particular del secretario del ayuntamiento Jorge Salazar Miramontes.

De hecho, este viernes resultó ser un día verdaderamente decepcionante, por lo ocurrido en estos asuntos, en dos administraciones que empezaron bastante bien, y con muchas expectativas.

Claro que no podemos dejar de lado la inaudita conclusión a la que llegó, en tiempo exprés, el síndico procurador de Tijuana, Rafael Leyva Pérez, que pareciera que consistió en preguntarle al propio investigado si el carro era de su propiedad; si estaba en horario laboral y si había “charoleado”.

¡Claro que no estuve charoleado; ni Dios lo mande; soy incapaz de eso y más! Podría haber respondido el compungido Sánchez Farfán, no obstante que lo hizo para obtener un privilegio (como dice la Ley), que consistía en que no se le detuviera, recurriendo para esto, a identificarse como funcionario del gobierno municipal, y luego, al mostrar la credencial de su jefe. Tan lo hizo, que ambas credenciales quedaron en poder de los elementos de la Guardia Estatal, que lo remitieron a la autoridad Federal.

Y con sus respuestas, se dio por satisfecho Rafael Leyva quien, también parecía que había entrado al tema para enderezar al equipo, y hacerle ver que: “nosotros somos diferentes; no somos iguales”.

Así que, como conclusión, declaró a la prensa lo que éste le dijo, y lo absolvió, dando por finiquitado el caso, y cerrado el expediente.

“Archívese y envíese al archivo “muerto” (perdón la redundancia).

Y a todo esto, hay que sumarle la decepción que también causó el activista Lorenzo Herrera, quien al parecer, se conformó con la promesa, que aparentemente le hicieron, en el sentido de que “nadie le quitará su desfile del orgullo gay”, y acto seguido se olvidó de todo lo que dijo, y exigió, en el caso de los “esposos” Regina (Jorge) Cornejo Manzo y Maricarmen Viera.

Aquí, se puede decir que Cornejo le ganó la “primera partida” a Lorenzo, y con eso, al tiempo, lo habrá de “destronar”.

Pero vamos al tema de la gobernadora.
¿Qué habría pasado si hubiese sido Jaime Bonilla el que nombrara a su esposa como encargada honoraria de proyectos estratégicos del gobierno estatal?

Hasta ahorita, los gritos destemplados no hubiesen terminado, y seguirían -todavía- las fuertes críticas y publicaciones que “rebotarían” algunos, en medios nacionales e internacionales, pero el silencio ha sido muy extendido.

Sin embargo, aquí con esto, no se trata de generarle “ruido” ni de provocarle problemas a la nueva gobernadora, pero dicen los especialistas, el nombramiento (aunque sea honorario) de Carlos Torres Torres, sí violenta la ley, y configura el delito de nepotismo, porque la legislación establece que todo aquel que tenga un vínculo (hasta cierto grado) no puede ser nombrado en un cargo público, ni designado, como en este caso.

Tampoco permite la integración de colaboradores en forma honoraria, porque eso propiciaría corrupción, aunque no fuese la intención del ex diputado local, hacer cosas indebidas, sino verdaderamente apoyar a su esposa, (como lo dijo la gobernadora) en el desarrollo de la entidad.

La ley no impide que se hagan nombramientos honorarios, en casos como la presidencia del patronato del DIF (por ejemplo), que normalmente ha sido ocupado por las esposas de los gobernantes.

Pero en casos como estos, sí habría conflicto de intereses, porque el aludido tendría -para empezar- información confidencial y de primera mano, de obras y proyectos de “gran calado” del gobierno en turno.

Ese tipo de situaciones se han prestado para que en el pasado se incurriera en hechos de corrupción, como el manejo de la información confidencial, para beneficiarse -a través de terceros- o para recibir beneficios económicos (los llamados moches), que es lo que los gobiernos de Morena han denunciado y ofrecido combatir.

Por eso, no es bueno ni conveniente que Carlos Torres, esposo de Marina del Pilar, se involucre en actividades de esta naturaleza, y se exponga a dudas y rumores malintencionados, dañando de paso la imagen del gobierno de su esposa.

Por lo que sucede con el caso ocurrido en el ayuntamiento de Tijuana, con la defensa férrea -y por momentos inverosímil- que han hecho de Jesús Gabriel Sánchez Farfán, la sospecha de la duda llega a la propia munícipe, que no solamente permitió el retorno del secretario particular de Salazar Miramontes, sino que primero lo justificó, y luego no cuestionó, ni mucho menos fustigó al funcionario público, por sus acciones y actividades, que rayan en lo delictivo.

Se entiende que no se puede sentenciar a un sospechoso sin que lo haya hecho un juez, pero tampoco se puede justificar su conducta, con las argucias que permite la misma ley.

Primero, Caballero Ramírez señaló que el dinero que Sánchez Farfán llevaba consigo correspondía a lo que ganaba, y hoy tuvo que dar marcha atrás, cuando los ciudadanos cuestionaron -desde el primer momento- lo que el servidor público ganaba, y lo que llevaba en el vehículo.

Después, el síndico procurador que entró al “quite”, con la oportunidad histórica de legitimarse como la sindicatura que ahora sí actuaría como se espera de una autoridad de esa índole, sacó el tema por lo más sencillo, ajustándose totalmente, a lo que dice la Ley, para no tratar de entrar a lo moral, ni a las promesas que han quedado en el pasado, y que son aquellas que ofrecían actuar “ante la mínima sospecha” que recayeran un servidor público.

ANA Y CONDA
No eran estrobos, eran luces LED... Más bien no eran luces LED, eran... luces navideñas.

PD.- Por cierto: qué eficiente es Leyva; en “dos patadas” sacó su investigación, y llegó a una “verdad contundente”.

P1.- Ya lo quisieran en los ministerios públicos.


PD2.- Édgar: por favor regresa; ya estamos sufriendo todos, en el Estado.

PD3.- Me parte el corazón la alcaldesa de Mexicali, Norma Bustamante: no voy a aceptar; no voy a aceptar, no voy a aceptar... Aunque diga irrevocable.

PD4.- ¿Por qué te fuiste Édgar? Dinos algo.


PD5.- “Mañanera de miércoles con Marina”... “Leyva contigo”... “Shamú, la ‘ballena asesina’ te saluda”; “Dora Elena Ríe”.

PD6 - Lo que es el culto a la personalidad: Ahora le ponen sus nombres, a sus actividades oficiales.

PD7.- Y ahora están “agarrados del chongo”, el diputado Sergio Moctezuma, y el secretario del Trabajo, Alejandro Arregui Ibarra.

afntijuana@hotmail.es

 

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