Norma Bustamante, la histriónica alcaldesa de Mexicali

Cuando la gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, se decantó por la candidatura de la actriz y conductora del Canal 66, Norma Bustamante Martínez, para que fuese la “abanderada” por la alcaldía de Mexicali, me pareció que podría ser buena opción, ya que escuché varios comentarios positivos de ella, por su paso por el “mundo” de la cultura, no obstante los comentarios o reacciones negativas, que surgieron -también- por parte de otras personas, al enterarse de quién estaría siendo postulada por Morena.

Sin embargo, a un par de meses de que Bustamante fue convertida en la presidenta municipal de esa ciudad, se han registrado algunos hechos que hacen temer que la histriónica alcaldesa, pudiese tener más resbalones o fracasos que aciertos, ya que parece no interesarse en los temas importantes que aquejan a “la ciudad que capturó al sol”.

Y es que Bustamante, no sólo ha mostrado desinterés de esos temas que deben ser tratados por un gobernante, como pareció confirmarse durante una de las sesiones de Cabildo, en la que fue captada haciendo dibujos del rostro de una mujer, sino que también, la vemos más interesada, en continuar en sus puestas en escena de obras teatrales, o “rogando” a su ex director de Comunicación Social, para que regrese a su posición, cuando le dejó “tirada” la chamba, algo que no se había visto antes. El rogar, que no, el abandonar el puesto, que eso sí se ha visto varias veces.

El primero de los casos ocurrió hace algunas semanas, cuando Norma dirigía una sesión de Cabildo, en la que regidores se enfrentaban en la discusión de al parecer era la creación de la Secretaría de Seguridad y que preocupaba, por diversas razones, a ambas partes, mientras que la alcaldesa realizaba un dibujo, y se veía ausente, pensando -tal vez- en la “inmortalidad del cangrejo”, o que en automático, esa iniciativa se aprobaría.

Así la captó Eduardo Torres, el 13 de noviembre, según lo subió a sus redes, criticando el hecho de que mientras se celebraba esta sesión, la presidenta municipal se entretenía dibujando.

También, en estos días que pasaron, la presidenta municipal presentó una obra de teatro, al parecer dirigida y actuada por ella, que, según las crónicas provenientes de Mexicali, resultó exitosa, como otras puestas en escena de la alcaldesa.

Se dijo que fue una buena iniciativa, ya que tenía fines benéficos, porque lo captado sería entregado para propósitos humanitarios.

Eso está muy bien, sin embargo, no es la función de la presidenta municipal recabar fondos en forma personal para apoyar dichas causas sociales, ya que para eso tiene sus áreas y colaboradores respectivos.

No porque no sea importante apoyar alguna causa de las muchas que abundan, sino, porque no puede distraer su tiempo de los asuntos importantes que impactan a grandes sectores de la sociedad.

No es solamente presentar la obra de teatro lo que consume su tiempo, sino que también el que se invierte en la preparación de la obra, realizar los ensayos, y en hacer todo lo correspondiente para que una representación de esta naturaleza, tenga éxito.

Al margen de todo eso, aún tenemos (en una de sus presentaciones más “exitosas”), el ruego que hizo a su ex director de Comunicación Social, Édgar Covarrubias, ya que ella, aunque ha dicho que no se quiere dar por enterada de la carta de renuncia que éste le presentó, y que tampoco le importa que lo haya hecho con “carácter de irrevocable”, su ex colaborador le dejó muy claro que ya no quería trabajar con ella.

Esta, no hay ninguna duda, es su mayor “puesta en escena”, porque el ruego fue tan convincente, que hizo estremecerse a varios, cuando a través de cámaras y micrófonos de medios capitalinos, la presidenta municipal de Mexicali pidió que, si alguien sabía algo de su colaborador o lo llegaba a ver, que por favor le dijera que lo andaba buscando, que tenía que regresar a sus funciones, porque lo necesita.

Obvio decir que los reporteros, burlescos por naturaleza, recibieron su “manjar” con esa declaración de la presidenta municipal que revela que uno de sus colaboradores de importancia para su gobierno, se le había ido, y ella no sabía por qué.

Édgar Covarrubias le envió una carta anunciando su decisión, que ella comentó que no leyó por la mañana, o sea, que no le dio importancia, pero después cuando por mensajería digital, le reiteró su decisión de retirarse, Bustamante decidió que no podía irse.

Y como este tipo de situaciones son de las que gustan a quienes corren versiones, para inventar muchas cosas, no faltaron las historias, entre otras, que Covarrubias se retira por “desacuerdo con la oficial mayor del gobierno de Mexicali, que al parecer no le ha permitido diseñar su presupuesto de comunicación social.

Como ocurre en todos los gobiernos, y sobre todo, en este mes en el que se tiene solicitar el presupuesto de operación para sus oficinas, Covarrubias habría elaborado el propio, en el que seguramente determinó las cantidades que deseaba para promover al gobierno de Norma Bustamante en los diversos medios y dar a conocer sus acciones, lo que muy seguramente no le fue aceptado por la oficial mayor, de la que algunos dicen que le redujo -de manera considerable- su proyecto, y que ahí reventó la “bomba”.

Otros más, aseguran que pudo haber recibido una buena propuesta para un cargo similar en otras partes, y hay quienes especulan que en el gobierno estatal, ya que participó apoyando en la campaña de Marina del Pilar Ávila Olmeda, aunque no fue invitado a trabajar en la administración estatal, porque al parecer no estuvieron de acuerdo con la forma en que llevó la comunicación de esa campaña.

Al final, no se sabe qué fue lo que provocó esta decisión; si fue alguna de las causas anteriores, o que se percató que el ayuntamiento no avanzaba; ni tampoco se puede adivinar, si los sentidos ruegos de la alcaldesa van a surtir efecto, y si Covarrubias regresará, para que la munícipe pueda seguir dibujando monitos, y poniendo en escena otras obras de teatro que tanto le gustan.

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