DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Obesidad en tiempos de Covid-19

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 11 de febrero de 2021 · 00:00

Desde hace algunos lustros, en los mexicanos la obesidad ha sido prevalente en comparación con otros países, lo que ha detonado en mayores incidencias de enfermedades crónico degenerativas en el adulto. Es cierto que nos preocupa el adulto obeso, pero resulta aún más preocupante, el que la obesidad inicie desde edades muy tiernas, ya que entre más tiempo transcurra, su resolución es más difícil y para todos es conocido que en México, la obesidad infantil es una de las más altas del mundo.

El confinamiento que hoy sufrimos y que no tiene para cuándo terminar, ha ocasionado que las prácticas de alimentación se hayan modificado sustancialmente, aparejado con disrupción de las actividades físicas y es por todos conocido que se “engorda” por comer de más y gastar de menos y todo lo demás como: retengo agua, las hormonas, tiroides, medicamentos y muchos otros disque culpables, resultan ser solamente PRETEXTOS: acéptenlo, se engorda por tragones y sedentarios.

Las estrategias requeridas ante la pandemia de COVID-19 encaminadas a evitar los contagios en sitios de aglomeración, irrumpió las actividades escolares, deportivas y de esparcimiento, lo que propició más tiempo en casa y entretenimiento con actividades sedentarias: TV, videojuegos, redes sociales, etcétera.

Los comportamientos actuales han registrado un mayor tiempo de sueño, muchas horas más frente a las pantallas e ingesta de nutrientes adicionales, desgraciadamente, se ha registrado incremento en el consumo de carnes rojas, bebidas azucaradas y comida chatarra.

Este comportamiento es mundial y en países tan diferentes como Australia, Brasil, Italia, Portugal, Reino Unido y muchos otros, registran coincidencias similares, con incrementos en el consumo de refrigerios, alimentos ultra procesados y mucho tiempo de sedentarismo frente a la pantalla; todos, comportamientos que elevan el riesgo del aumento excesivo de peso infantil. Hace unos meses un grupo de estudio encuestó a niños en Italia y demostró lo anteriormente expuesto y publicaron resultados en una prestigiosa revista internacional (Obesity Research Journal) . Por su parte, UNICEF realizó estudio similar en niños de Brasil y demostró que aunado a sus ya altos consumos de alimentos indeseables y pobre actividad física, registraron incrementos de hasta el 30% y concluyen que dichas alarmantes cifras no deben ser ignoradas.

Se habla de que en breve se abrirán las actividades escolares presenciales, lo cual, en lo personal, lo dudo y mucho. Primeramente se tendría que vacunar un alto porcentaje de la población, situación que no tenemos para cuándo y mientras no se cumpla, difícilmente se retornará a la tan anhelada educación presencial. Sabemos todos los beneficios que obtienen nuestros niños al competir con sus pares y tener harta actividad física.

El acceso a los servicios de salud están muy limitados, difícilmente en los servicios públicos se hacen recomendaciones de prevención y solamente aquellos que tienen la oportunidad de pagar servicios privados, pueden recibir una detección oportuna y un manejo adecuado para esas detecciones de obesidad exacerbadas en estos tiempos de Covid-19.

En la consulta diaria, se detectan dichos problemas y se manejan en forma personalizada, en especial haciendo partícipe del manejo al propio niño, ya que al estar sin la supervisión de los padres y con la cuidadora llamada televisión, que no hace otra cosa que sacarles antojos, se sirven comida y muchas veces, sin medida.

Por lo anterior se invita a los padres a que surtan su despensa basado en alimentos saludables, preparados en casa, llenen el refrigerador con frutas, verduras, agua natural. Eviten alimentos ultraprocesados y comida rápida.

En cuanto a la actividad física, no están cerradas las calles, se puede salir a caminar, ir a la playa, al cerro, a cualquier espacio abierto donde puedan disfrutar, correr y quemar energías, ahora que si debido a sus medidas de precaución, han decidido no salir de casa, el brincar la cuerda es un excelente ejercicio aeróbico que coordina las cuatro extremidades y quema harta energía.

Hace unas semanas, un amigo contemporáneo y que se recuperaba de la buena zarandeada que le propinó dicha enfermedad, viviendo en la CdMx y ante la inseguridad y contaminación decía: de tanto caminar en mi casa, a los muebles ya los tengo mareados.

Querer es poder, solo falta que adecuemos un poco nuestro estilo de vida y lograremos sobrellevar mejor esta pandemia y con los mínimos efectos colaterales.

En el otro lado de dicha situación, están aquellos niños hijos de padres que han perdido sus trabajos y ellos están sufriendo la carencia de nutrientes necesarios, esos, son la mayoría; los que estamos en contacto, somos afortunados en tener de qué quejarnos.

Hoy por hoy, los que tienen mucho dinero, no tienen cómo gastarlo y la mayoría que no tienen, no tienen ni cómo ganarlo.

Atte. Enrique Sicardi Aragón.
*Coordinador de Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna A. C.

sicardi53@gmail.com
 

...

Comentarios