LA BRÚJULA

Bandera de México

Por Heberto Peterson Legrand
lunes, 22 de febrero de 2021 · 00:00

En todo nuestro país y fuera de él los mexicanos celebramos el día 24 como el día de nuestra bandera, la más hermosa de todo el mundo.

Muchas veces caemos en actos rutinarios, de calendario, que si no nos dicen nada se convierten en eventos estériles sin trascendencia alguna.

Invito a mis lectores a que dediquemos unos minutos al contenido, a la esencia del juramento que ante ella hacemos éste día y los lunes en las instituciones educativas del país.

Hagamos pues, una reflexión sobre el juramento a la bandera que muchas veces hacemos, y que quizá lo hacemos mecánicamente sin entender su contenido y, por lo tanto, sin aquilatar los valores que contiene...

A una nación destrúyele sus valores y acabarás con ella. Esto nos hace ver la importancia que tiene el conservarlos, promoverlos y vivenciarlos, para que no se pierda la esencia de nuestro Ser como nación.

Ojalá y con la siguiente reflexión sembremos la semilla en muchos corazones para que cuando estemos ante nuestra bandera captemos la riqueza que representa.

Reflexionemos, pues, sobre el Juramento a la Bandera: “Bandera de México, legado de nuestros héroes...”, hubo mexicanos que fueron capaces de ofrendar su vida para defender nuestra patria y darnos libertad y nos dejaron como herencia nuestra bandera. En ella se envolvió uno de los niños héroes… “símbolo de la unidad de nuestros padres y nuestros hermanos...”, símbolo es la expresión sensible de algo inmaterial (la bandera símbolo de la patria) y que es también el reconocimiento de la unidad de la familia mexicana formada por nuestros padres y nuestros hermanos: estructura básica del tejido social; donde el mexicano, al brotar a la existencia, recibe por parte de sus padres los primeros valores que irán conformando su personalidad. En la familia está la salvación de México porque los primeros años son determinantes en la formación del niño, futuro ciudadano.

“Te prometemos ser siempre fieles a los principios de libertad y de justicia...”. Libertad de y libertad para. La libertad de elegir entre dos o más opciones y responsablemente la que mejor convenga y contribuya al bien común; libertad para escoger aquello que me perfeccione, me haga madurar, crecer y ser mejor. No debemos usar la libertad para optar por el mal.

El binomio libertad-responsabilidad es inseparable y siempre habremos de tomarlo en cuenta. Libertad no es hacer lo que me de la gana sino hacer lo que tengo que hacer para irme humanizando y ser más persona.

Sobre la justicia Ulpiniano dijo que: La justicia es el deseo permanente de la voluntad de darle a cada quien lo suyo, lo que es de él, lo que le pertenece… De allí la importancia de respetar los derechos humanos: derecho a la educación, salud, vivienda, libertad de expresión, votar libremente, al buen nombre, la vida, seguridad social, integridad personal, alimentación, creencias religiosas, propiedad, ausencia de corrupción e impunidad etcétera.

“Que hacen de nuestra patria la nación independiente, humana y generosa...”Sólo libres de la miseria y de los vicios, y somos generosos y respetamos la dignidad humana seremos verdaderamente independientes. También debemos proteger y promover los valores que nos dan identidad como nación. Somos el resultado de un mestizaje racial y cultural y poseedores, hoy, de una cultura que nos es propia y singular.

Hoy inmersos en la mundialización tenemos contacto más intenso con otras culturas: de estás debemos aprender y hacer propios los valores que nos convengan y desechar los inconvenientes; enriquecerlos con nuestros valores y aportar con ello lo mejor de nosotros mismos.

Una nación sustentada en un humanismo sano es aquella que tiene como principio, sujeto y fin a la persona humana, reconociendo y respetando su dignidad como su mejor riqueza. Si en el ámbito de lo político, económico y social siempre tomáramos a la persona como el centro de nuestro interés y preocupación, otro sería el México que estaríamos dejando a nuestros hijos: un México más humano y digno.

Una nación generosa antepone el decoro, a la utilidad o al interés; es dadivosa y siempre busca lo mejor para sus hijos, pero, no olvidemos que México será lo que seamos los mexicanos. La generosidad nos hace más solidarios a todos, nos hermana y nos motiva a unir nuestros talentos para sembrar de bien los caminos de la patria. La generosidad nos lleva a humanizar las estructuras.

“A quien ofrecemos nuestra existencia”. Quien ame verdaderamente a México siempre estará dispuesto a ofrendar su vida en el altar de la patria si esta lo requiere.

Deseo que el juramento a nuestra bandera despierte en nosotros ese compromiso para encarnar sus valores que nos dan identidad propia...


 

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