DESDE EL VIGÍA

El reto de la nueva normalidad

Por Editorial El Vigía
miércoles, 24 de febrero de 2021 · 02:04

De manera muy incipiente, pero cada vez más consistente, el proceso de vacunación en contra de la Pandemia del Covid-19, avanza, poco a poco más personas serán inmunizadas.

Por lo pronto, podemos esperar que de cumplirse el Plan Nacional de Vacunación el personal del sector médico quede inmunizado a finales de este mes de febrero y al término de mayo todas las personas de 50 años en adelante cuenten con el biológico.

Aunque la experiencia en la conducción del gobierno, nos hace escépticos de que los pronósticos de vacunación se cumplan; siendo optimistas, si todo va bien, poco a poco la vacunación se debe ir generalizando hasta llegar a su culminación a finales de 2022.

En la medida que más personas estén inmunizadas iremos cercando al virus hasta evitar que nos siga causando más daño y podamos convivir con él, sin el temor de una infección o la muerte.

Ante este escenario, tarde que temprano debemos volver a la nueva normalidad, ésta que en adelante nos debe hacer más conscientes de que vivimos en colectividad y que debemos ser más cautos ante las enfermedades infecto-contagiosas y asumir hábitos como ser más higiénicos y cuidadosos en la convivencia con los demás.

La nueva normalidad nos obligará a asumir nuevas prácticas laborales en las que una porción de la población siga trabajando en casa, mientras los espacios tradicionales espacios se irán vaciando, excepto aquellos en donde la presencia física será indispensable como los centros de producción, talleres, comercios y servicios.

Mucho de lo que hoy nos permitió mantener funcionando las actividades económicas y la estancia en casa, como los repartos a domicilio controlados a través de aplicaciones, se quedarán para siempre.

Ahorraremos gasolina y mantenimiento de vehículos, pero crecerá el consumo de internet y compra de computadoras personales y otros gadgets para el trabajo a distancia.

Nuestra relación con las fuentes de empleo cambiará para hacerlo menos dependiente de la supervisión y más sostenido por la confianza y productividad.

La forma de vestir será más relajada y cómoda y dejaremos la vestimenta formal para momentos especiales.

Seguiremos yendo a los restaurantes por razones más lúdicas y de convivencia social, pero el consumo se dividirá entre lo presencial y los servicios a domicilio que durante la pandemia crecieron exponencialmente.

La economía será de otra forma, porque la pandemia nos ha obligado a reconfigurar nuestras prioridades y a crear una cultura socioeconómica distinta.

Todo lo anterior y más, han cambiado nuestras vidas y lo seguirá haciendo para lo cual nos tenemos que ir adaptando poco a poco y tratar de que sea para bien.

En ese contexto los gobiernos deberán entrar de lleno a la digitalización de la administración pública. La expedición de documentos, autorizaciones, permisos, constancias, certificados, actas, licencias, multas y el pago de impuestos, derechos, multas y servicios, de manera digital.

Más software, servidores, sistemas y menos burocracia y tramitología.

Ese es el reto.
 

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