SEGURIDAD Y DEFENSA

La militarización de EU

Por Carlos Ramírez
miércoles, 3 de febrero de 2021 · 01:10

Como guardianes autodesignados del orden mundial, los EU parecen tener una estructura social débil y un Estado militar fuerte. La invasión de unos vándalos a las instalaciones del Capitolio en Washington D.C. cimbró las certezas, provocó gritos de golpe de Estado y fuerzas militares invadieron alrededores, estacionamientos, pasillos y oficinas de la sede del poder legislativo del país más poderoso del mundo.

Pero otro dato no debe pasar de lado: la disputa civiles-militares por el control de la estructura militar de los EU, por el Pentágono como la Casa de la Guerra y símbolo del poder mundial y por las líneas estratégicas de la política militar del imperio.

Hasta ahora, el Pentágono ha tenido tres titulares con formación y jerarquía militar: el general George Marshall de 1950-1951 con el presidente Truman, el general James Mattis de los Marines con Trump y ahora el general recién retirado Lloyd Austin con Biden.

Por razones de equilibrio, los presidentes operaban con un secretario de Defensa de origen civil, con participación directa de los jefes de los estados mayores conjuntos de las fuerzas militares con mandos superiores: el ejército, la armada, la fuerza aérea, el cuerpo de marines, la fuerza espacial y la guardia costera.

Pero los civiles de poco ayudaron: en 1962 el civil Robert McNamara se opuso a la sugerencia militar de al usar misiles contra Cuba por las armas soviéticas apuntando a territorio estadunidense, pero en 1968 fue el promotor de los bombardeos secretos sobre población civil en Camboya y Vietnam y del envío de más de 500 mil soldados para luchar contra las fuerzas comunistas del Vietcong.

El presidente Trump dio el paso audaz de designar a un general de los Marines, el cuerpo especializado en operaciones rápidas, como secretario de Defensa, pero con la decisión presidencial de desmilitarizar las zonas de conflicto árabes y disminuir el poder militar estadunidense en la OTAN.

El general Mattis no pudo entenderse con el presidente y en diciembre de 2018 presentó su renuncia por la decisión del presidente de retirar fuerzas de Siria. Al final, la estrategia de Trump pudo disminuir a su mínima expresión al Estado terrorista Islámico.

En su comparecencia en el Senado, un día antes de la toma de posesión de Biden, Austin pidió permiso especial para cargos civiles gubernamentales porque la ley prohíbe exmandos con menos de siete años de retiro. En su argumentación, Austin hizo una defensa directa del enfoque civil de la dependencia y afirmó que, a pesar de ser militar, sería un “secretario civil” de Defensa.

Aunque pudiera no haber ninguna relación entre las presencias militares en el Capitolio del 6 al 20 de enero para resguardar las instalaciones para la toma de posesión de Biden, de todos modos, fue muy significativa la visibilidad de uniformes militares de la Guardia Nacional y de cuerpos especializados para evitar la irrupción violenta de grupos azuzados por Trump.

El dato mayor que ofrece la designación y aprobación senatorial del general (r) Austin indica el regreso de los enfoques militares a la Casa de la Guerra Militar del Pentágono, ya sin los equilibrios civiles. Uno de los avances no reconocidos a Trump fue la desmilitarización de la política exterior, el regreso de tropas en Afganistán, Irak y la disminución de gasto militar estadounidense en la OTAN. Hoy los EU reinstalan el control total del poder militar mundial.

*Director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad

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