PROYECTOVINO

Ven burro…

Por Araceli Velázquez Córdoba
jueves, 4 de febrero de 2021 · 00:44

Dice el dicho que “Ven burro y se les antoja viaje”. Supongo que en muchas industrias y en todo el mundo pasa lo mismo, porque para la gente aprovechada o que le gusta vivir de gratis no existen razas, ni nacionalidades, ni clases sociales. Y por supuesto, tampoco existe algo que es básico, Clase y Educación.

Tengo el privilegio de gestionar algunos eventos y participaciones de diferentes vinícolas en todo el territorio mexicano. En algunos casos la vinícola me pide que me encargue de lo que le están solicitando, y en otros los organizadores de diferentes rubros me contactan directamente para buscar ser “patrocinados”.

Dentro de los alcances de cada vinícola, hay muchos eventos en los que se participa, porque además de ser un buen escaparate para ellas, los organizadores hacen muy bien su trabajo y el patrocinio se convierte en una gran alianza, además de que su logística resulta correcta para el producto que nos solicitan. Sin embargo, hay otros que ni como ayudarles.

Para un productor, cada botella de vino que sirve o regala para degustación, es un gasto que se agrega a todo lo anteriormente invertido para que esa botella exista y pueda estar en nuestra mesa. Que un vino sea transportado en condiciones óptimas desde el extremo más al norte, hasta el centro, sur o sureste del país es problemático y costoso.

Pero hay quienes se “avientan la puntada” de pedir degustación para 800 personas, con la presencia del propietario o enólogo sin ofrecer la transportación u hospedaje para ellos, el traslado de los vinos o ni siquiera una bodega para recibir y resguardar el vino que están pidiendo.

Para quien me tiene en sus redes sociales sabrán perfecto lo que me molestan ciertas acciones, como por ejemplo, el sommelier que se ofrece a ayudar con la venta del vino, pidiendo cajas de botellas que al final ni vendió ni te avisó y seguramente se las bebió sin considerar lo que había mencionado.

Y que decir de los “influencers” que creen que todo lo merecen y que son líderes de opinión en un universo de 45 personas, ya que el resto del mundo real no tienen idea de quienes son.

Estos últimos existen gracias a que algunas vinícolas efectivamente les dan lo que piden creyendo que es una excelente publicidad, sin considerar lo que acabo de decir, que en un mundo real estas personas no las conoce nadie.

También me sacan de mis casillas las personas que se dedican a hacer eventos y según ellos a la creación de cultura del vino que piden los vinos que utilizarán en su “experiencia” regalados y siempre me pregunto, ¿pues qué no se darán cuenta que justamente nosotros somos los que tenemos que alentar la compra de este producto, pagándolo? Digo, ellos si cobran su evento, y se embolsan su ganancia y no la comparten con el productor o vinícola.

Alguna vez estaba platicando con una persona clave en una de las vinícolas más grandes de México y me decía que recibía un sin fin de llamadas pidiendo patrocinios y que éstas se incrementaban siempre a fin de año (como si en esta época fueran a trabajar más). Las personas que creen que pidiendo, ayudan al crecimiento de esta industria, están perdidos.

En esta semana me llamó mucho la atención que una muy querida amiga mía, dueña de una vinícola expusiera en sus redes el maltrato de una persona que le estaba solicitando un patrocinio, no en vino, sino con dinero para su proyecto, el cual consiste en llevar a diferentes sommeliers al Valle de Guadalupe y según esto, la inversión se regresa ya que estos Bon Vivants se encargarían de promocionar sus etiquetas, por el mundo (regresando a su mini universo). Digo yo, ¿Qué no existen miles de formas de pertenecer, ayudar y hacer negocio en esta hermosa industria que buscando burros?

aracelivelazquez@proyectovino.com.mx

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