FORO AGRARIO MÉXICO

Incendios forestales

Por Reynaldo Magaña*
sábado, 6 de febrero de 2021 · 00:00

La nueva estructura del gobierno federal en las entidades federativas, con la representación única descansando en un solo Delegado federal para dirigir a más de cincuenta dependencias de ese nivel de gobierno, en los hechos es compleja y sin resultados eficaces, por lo menos en los términos que se esperaba.

Desaparecer la figura de los delegados federales, para substituirlos por uno solo, tuvo como propósito agilizar las gestiones y ser más eficientes en la atención y respuesta a los ciudadanos, además de la transparencia que con insistencia se pregonó y se sigue haciendo.

Nada de eso ha ocurrido, salvo la entrega de despensas, apoyos directos solamente en el ramo social y las pensiones a los adultos mayores y discapacitados, pero el resto de los muy diversos temas no han sido correctamente atendidos, simplemente porque materialmente es imposible hacerlo, un “hombre orquesta”, aunque quiera no le alcanza el día para dividirlo en alrededor cincuenta y cinco dependencias del orden federal, ni tampoco podrá lograr la especialización que se requiere de los funcionarios para responder con eficacia las demandas ciudadanas.

Los delegados no desaparecieron, ni fueron liquidados, simplemente cambiaron de nombre y siguen atendiendo con rigor las directrices de los Secretarios a nivel nacional, sin que el Delegado Único sea el conducto para ello, aunque si se le escuche y atienda, pero la dirección y normativa es y ha sido hasta hoy, de parte de oficinas centrales, incrementando con ello el aparato burocrático, en lugar de disminuirlo, como era la pretensión primigenia.

Ejemplo alarmante y delicado por el impacto y consecuencias, son los incendios forestales y sobre todo la prevención requerida. A principios del año 2020, comisariados ejidales de los núcleos agrarios que territorialmente comprenden la sierra de Juárez, uno de los dos pulmones naturales de Baja California (el otro es la sierra de San Pedro Mártir), se reunieron con el Delegado único del gobierno federal; en esa reunión hicieron una exposición pormenorizada de las necesidades de prevención que se requieren para conservar el matorral y el bosque de esas montañas, que entre otras cosas son la fábrica de agua que provee a las ciudades de Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito y Ensenada, además de salvaguardar la enorme biodiversidad que ahí vive, incluidos los seres humanos.

El Delegado único se comprometió con los órganos de representación ejidal a realizar acciones y medidas de prevención de incendios comprometiendo la participación de todas las dependencias federales relacionadas con el tema, SADER, SCT, CONAFOR, CONAMP, SEMARNAT, además de invitar a los otros dos niveles de gobierno para hacer un frente común y evitar conflagraciones destructivas de la flora y fauna de las montañas en la Sierra de Juárez.

A pesar del compromiso, nada se hizo y en el verano del mismo año (pasado), se produjo un fuerte incendio que afectó la parte sur de la sierra, entre otras zonas, destruyendo alrededor de dieciséis mil hectáreas de vegetación, con una participación de combatientes forestales que no pudieron hacer mucho por impedir la propagación de dicho incendio.

Si el gobierno hubiera estado atento al cumplimiento de su obligación y compromisos, se hubiera construido una brecha cortafuego haciendo una “corona” alrededor de la zona boscosa y una serie de cruces internos, con lo cual se hubiera impedido el traslado del fuego por una parte y por la otra, esas brechas hubieran servido para tener rápida accesibilidad a cualquier punto donde se hubiese requerido la presencia de las brigadas de bomberos forestales y equipos contra incendios, haciendo con ello que cualquier fuego no pudiera haberse propagado.

En octubre del año pasado, un par de meses posteriores al siniestro, los representantes ejidales volvieron a reunirse con el Delegado único, para evaluar los daños y escuchar de su parte, que ahora sí se tomarán medidas de prevención, sin embargo, a cuatro meses de distancia, ello no ha ocurrido.

Es apremiante la intervención de las autoridades de los tres niveles de gobierno para ejecutar urgentemente las obras de prevención requeridas; las brigadas de voluntarios combatientes forestales y las de los profesionales de las corporaciones especializadas están listos, pero se necesitan los apoyos gubernamentales.

Los científicos internacionales han anunciado “el fenómeno de la niña”, lo que se traduce en un año frío y seco que agrava la temporada de incendios en la época de verano. Una alerta a tiempo puede salvar muchas vidas, flora, fauna y el medio ambiente en general. No valen los lamentos, ni las justificaciones con posterioridad, ¡ahorita es el momento!

*El autor es jurista y promotor de economía solidaria

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