ATERRIZAJES

Los machos del gobierno

Por Entre la selva hicimos el amor y al día siguiente ya todo acabó; junté sus manos y puse al bebé,
martes, 9 de febrero de 2021 · 00:00
clavé una cruz y enterré el amor

Adán Echeverría

—Entonces ¿usará cubre bocas a partir de ahora?
—¡Que ya te dije que no! ¿Qué parte de No es la que no logras entender? ¿La N o la O?

Esta escena no ocurrió en el Palacio Nacional, donde su Bajeza Serenísima Andrés reapareció luego del invento de haber dado positivo al Covid-19; y de la que se ausentó por haber presentado problemas asociados a ese mal cardiaco que lleva varios años aquejándolo, pero del que jamás quiere hablar porque No le gusta que lo vean enfermo.

A él, cuyo nombre ahora es marca registrada, no se le puede mirar débil. Porque Andrés bajó a los infiernos del Neoliberalismo, separó la paja del heno, el heno se hizo su compadre y lo llenó de contratos y adjudicaciones directas; Andrés sabe devolver favores, y su palabra de macho jamás será hecha a un lado.

Si durante 18 años lo mantuvieron sus amigos, era llegar al poder y regresar los favores mediante puestos, adjudicaciones directas, liberaciones si son detenidos por la justicia, cambios en la Constitución para que puedan ser diputados, lo que se antoje, total, que para eso se es Presidente de un país, para hacerse millonario, dar órdenes y que te pinten en murales.

—Claro que No me voy a poner cubre bocas. Cubre bocas lo usan los pobres que sí se enferman se mueren. Nosotros podemos enfermar (o fingirnos enfermos) y todo el dinero de México estará a nuestra disposición para sanar rapidito. ¿Acaso alguno de los gobernadores que se enfermaron antes que yo se pusieron mal? Pero claro que no. Yo no uso cubre bocas porque mi Fuerza es Moral no de Contagio.

Mientras en México las muertes por esta enfermedad son incalculables, puesto que el gobierno apenas quiere reportar los que mueren con prueba, dentro de las instalaciones de su “desmantelado” sistema de salud. Así el gobierno solamente reporta, al día 7 de febrero de 2021, que han fallecido 166 mil 200 personas.

Hay que sumar 31 mil muertes más que ha reportado el INEGI, y todas las que se vayan acumulando que mueren fuera de los hospitales. Se habla ya de cuarto de millón de muertos por esta enfermedad. Cada persona fallecida perteneció a una familia, trabajó en este México, pagó impuestos, hizo ganar dinero a los políticos, burócratas y a todos los diputados y senadores. Pero a nadie de éstos le han importado las tantas muertes. Se habla de que la aprobación de Andrés sigue subiendo.

Los políticos ya empezaron sus sucias campañas de desprestigio electoral. Campañas para hablar mal unos de otros hasta el hartazgo. ¡Todo es muy penoso en verdad! Es asqueroso en realidad. Como lo es el Machito de Palacio Nacional que no quiere usar cubre bocas porque se le hincha la gana, solamente por eso. Pero como sus fanáticos lo aman, entre ellos ya circulan las camisetas que dicen: “Si Andrés No Usa Cubre bocas, Yo tampoco”, y dicen que se venden más que las de: “¡Hazme un hijo, Andrés!”.

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