Atentado al derecho cultural

La cultura se mueve tan rápido que cuando nos damos un minuto para hablar de ella ya estamos hablando del pasado. En 24 años de testigo en un espacio cultural como lo es ahora el Museo Histórico Regional de Ensenada, he tenido la suerte de observar fenómenos culturales y cómo las personas que visitan el sitio aquilatan los valores que aquí compartimos.

Ha habido todo tipo de eventos: conciertos, conferencias, poemarios, presentaciones de libros, ceremonias nativas, exhibiciones de foto, pintura, instalación, performances y eventos interinstitucionales.

El evento cultural “La raza se viste de blanco”, la exhibición de modelismo a escala “Barcos y Barquitos”, con una de las inauguraciones más bellas que he visto en el museo, ya que tocó la orquesta de niños de El Sauzal, sin cobrar un solo centavo; la exhibición “Restos de un Galeón perdido”, el campamento de arte “Arte Praxia”, una fotográfica inédita sobre patrimonio cultural marítimo de Baja California “Faros y Balizas” donde se montó una lámpara real de un faro, también la exhibición impresionantemente tupida de juguetes de colección “La basura de uno es el tesoro de otro”; Una exhibición con piezas arqueológicas de Mesoamérica, otra con piezas de Culturas del Mundo, o también una sobre las familias pioneras de Ensenada.

La primera vez que se mostró los restos de un mamut encontrado en San Vicente, y posteriormente colaborar para el montaje del actual mamut en exhibición, que se encontró en San Quintín.

También he podido colaborar en el montaje de una veintena de piezas del mes, y quizá una decena de exhibiciones temporales sobre las investigaciones de compañeros del centro INAH, arqueología, paleontología, historia, antropología física, antropología social.

Puedo decir que he disfrutado la experiencia de compartir tantas piezas, únicas, irrepetibles, valiosas, me gustaría poder decir cuál fue mejor, pero no acostumbro preferir porque me parece injusto comparar entre tanta diversidad.

¿Cómo podemos comparar el cráneo fosilizado de un mamut con el fragmento de taza china de porcelana del siglo XVIII? o ¿cómo decir que los juguetes forman una mejor colección que la de unos barcos a escala? No se puede, sería criminal, sería discriminatorio. De lo que sí se puede hablar es del proceso de selección, lo que llaman pomposamente curaduría, o de los riesgos en el trabajo de montar una exhibición.

Por ejemplo, seleccionar para una exhibición entre una colección de 150 piezas arqueológicas solo 30. Imaginen puntas de flecha, de lanza elaboradas en piedra de hace miles de años. De ornamentos hechos de concha, o de pipas talladas en piedra, o de barro, osamentas.

Pensar que cada una de estas piezas debe ser observada por ustedes, pero los recursos espaciales y económicos lo dificultan es casi pensar en que se va a cometer un crimen, quizá sí.

Quizá si pensamos que ustedes tienen derecho al acceso a la cultura y su disfrute, entonces estaríamos hablando de que en las instituciones, cuando se toman decisiones, cuando se selecciona, cuando se exhibe, se cometen delitos contra sus derechos.

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*Custodio Museo Cinahbc