BAÚL DE MANÍAS

Abril y sus cosas

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 6 de abril de 2021 · 01:46

Dice T. S. Eliot que abril es el mes más cruel, porque “engendra lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y anhelos…”. Oh, y además, porque “despierta inertes raíces con lluvias primaverales”. Y conste que a Eliot no le tocaron las campañas políticas, que son bastante crueles, por llamarlas de algún modo.

Poeta tenía que ser “míster Ti”. Por si usted no lo sabía, él nació en los Estados Unidos y se trasladó al Reino Unido en 1914. Se hizo ciudadano británico en 1927, con treinta y nueve años de edad. Bravo por él.

No es el primero que ha dejado atrás una nacionalidad para elegir otra, en este caso, la británica. Ahora que me acuerdo, Handel lo hizo antes. Bravo por él.

Pero, volviendo a lo que dice el poeta acerca de la crueldad de abril, estoy 100% de acuerdo. Para mí ese versito fue una epifanía. Ya sabe usted que epifanía significa “fenómeno a partir del cual se revela un asunto importante”. Por cierto, los británicos suelen decir “I just had an epiphany” (“Acabo de tener una epifanía”), que significa que han tenido una revelación o pensamiento único e indescriptible.

Hace algunos años entendí que la primavera es realmente tremenda. Y he aquí que “tremenda” es una palabra… ídem. O sea, la palabra “tremenda” significa colosal, enorme, gigantesca, descomunal, inmensa, gigante, desmedida. Siendo así, no me sorprende que a la primavera (la estación del año) le endosemos todos nuestros anhelos, le endilguemos todas nuestras apetencias, le coloquemos todas nuestras ilusiones.

Piense usted: las margaritas que crecen a las orillas de la carretera nos dan la razón. La primavera es promesa, es emoción, es… lo máximo. Pero también puede ser todo lo contrario. No de balde es la estación del año con mayor número de suicidios.

Acuérdese de Yuri y su “maldita primavera”. No voy a explicar más. Vayamos al mes de abril, primaveral como más no se puede. Ahí lo tiene usted. Es el mes más más cruel, pero al mismo tiempo el más bonito, porque es el mes de los niños.

Según la cultura popular (más bien según la cultura comercial, que a estas alturas no se distingue mucho de la otra), es el mes de esos “locos bajitos”. Así les dice Serrat a los niños. (Freud les decía “perversos polimorfos”, pero eso es harina de muy otro costal). Pienso que nadie ha hecho un tratado acerca de la infancia desde la adultez mejor que Serrat:

https://www.youtube.com/watch?v=ki6GEcteLao .


¡Caramba! Sólo un genio como Serrat le puede poner música a eso de “les vamos transmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción” sin que suene a “Elementos de Psicología infantil para padres preocupados”.

A mí se me hacen agua los ojitos siempre que escucho esta canción. Es normal. Después de escucharla, siempre me voy al “Rincón de los niños”, de Debussy, que también es un tratado de la infancia desde la adultez.

Suena a nostalgia, a tiempo que no volverá... (Dicen que Debussy abandonó la sala de conciertos en el estreno de esta Suite porque estaba completamente aterrorizado ante la idea de que si la gente la escuchaba… probablemente se arruinaría su reputación como compositor serio.)… Pero no se arruinó.

Ahí está, con partitura y toda la cosa:

https://www.youtube.com/watch?v=1k_OLrK4ZuE 



Una chulada.

bauldemanias@hotmail.com

 

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