LA MARAÑA CÓSMICA

La ciencia, convertirla en exigencia democrática

Por: Dr. Rolando Ísita Tornell*
lunes, 20 de septiembre de 2021 · 00:00

La ciencia debería ser impulsada y sostenida por cualquier sociedad, siempre, es un ideal. El sustento a tal aseveración es que, de todas las demás, es la respuesta más simple y precisa frente a retos que la naturaleza nos impone como especie. No es cualquier respuesta, sino aquella obtenida de la observación del reto que se trate, detectando la información que en sí mismo el reto natural proporciona, independientemente de opiniones, valores o creencias.

Los fenómenos, el biológico evolutivo Covid 19 y el calentamiento global, son un par de ejemplos ilustrativos de retos impuestos por la naturaleza detectados por la ciencia, primero, y segundo, porque son las habilidades y conocimientos que hemos desarrollado y acumulado que proporcionan la explicación de sus causas, desarrollo y las alternativas viables para confrontarlos, puesto que son asuntos de vida o muerte para la especie (y de otras), no un país, no una nación, no un idioma, no colores de piel, no una actividad o clase social.

Covid 19 no ha sido solo un virus amenazante con su enfermedad aparejada; qué es, cómo es, su tamaño, lo que hace el bicho, y la enfermedad respiratoria aguda que causa. Ha conllevado a la difusión que tenemos un sistema inmunológico, su funcionamiento por edades y por condiciones de salud adquiridas. Ha sido organizar y equilibrar confinamiento, distanciamiento social, limitación de movilidad con el impacto en salud pública, producción, abasto con las instituciones, recursos, y arsenales de cada país de la geografía. Revertirlo requiere la inmunización de más o menos 5 mil quinientos millones de seres humanos de todo el orbe, de nada sirve la de pocas poblaciones nacionales.

Por otra parte lluvias torrenciales, sequías inauditas, densas nevadas, desaparición paulatina de pequeños poblados en archipiélagos remotos; simbólicas plazas de la civilización abundantemente inundadas de agua con mayor frecuencia agotamiento de tierras agrícolas por sobreproducción de monocultivos, extinciones masivas des especies bosques y selvas, deshielo de los polos, cambios en los patrones de huracanes y corrientes oceánicas; alteración de la composición química de la atmósfera.

Los dos ejemplos los conocemos por que los científicos lo han detectado y difundido socialmente, la ciencia ha proporcionado la alerta y ha aportado soluciones. Pero aquí viene el problema. ¿Todos los integrantes de una sociedad son conscientes de esas alertas proporcionadas por la ciencia? ¿Todos son conscientes de que de todas las otras posibles explicaciones y respuestas a los retos de la naturaleza, las proporcionadas por la ciencia son las confiables?

En la historia de la humanidad, la ciencia ha avanzado o se ha estancado por el impulso o el abandono social, su presencia nos describe los avances civilizatorios y su ausencia las épocas de oscuridad, guerras y pestes.

Justo el bioquímico Joseph Needham se llegó a preguntar en su momento ¿dónde se quedó la ciencia de los inventores de la pólvora, los chinos? Buscó respuestas con sus pares chinos; concluyeron que las decisiones y cálculos políticos de los intereses de mandarines y sus políticos inhibieron y mermaron la capacidad creativa de los científicos chinos.

Todos los ejemplares de nuestra especie estamos equipados biológicamente para detectar patrones en la naturaleza y desarrollar sus posibles explicaciones, pero no todos cuentan con las condiciones alimentarias, sociales y culturales para capacitarse y ocuparse de esas actividades.

De ahí por qué (e infinidad de razones más) el impulso y sustento social, el financiamiento de la ciencia, es tan solo un ideal. En los hechos, son los intereses y temores de las cúpulas en el poder las que han determinado el tener a la ciencia como una actividad estratégica, como sucedió en Estados Unidos ante la amenaza que les significó la puesta en órbita del satélite Sputnik por su principal enemigo geopolítico. Otro camino es impulsar en la conciencia social de lo fundamental de la ciencia para convertirla en una exigencia democrática.

*Comunicación de la Ciencia DGDC UNAM

risita@dgdc.unam.mx

 

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