ALGO MÁS QUE PALABRAS

Acabar con los despropósitos

Por: Víctor Corcoba Herrero*
sábado, 25 de septiembre de 2021 · 01:13

Un gran huracán de locura nos arrasa. La enemistad y el descontento que se percibe por todo el orbe es una prueba de que la ciudadanía requiere ser considerada y oída. Son tan fuertes las tensiones entre semejantes que los tormentos surgen en cualquier sitio.

Con demasiada frecuencia, olvidamos que el arte de hacer amigos es lo que nos engrandece como seres en acción, con mente y corazón; no en vano, una de las alegrías del afecto es saber de quién fiarse. Ciertamente andamos necesitados de este cultivo.

Es verdad que el terreno de la barbarie nos está separando. Nos falta avivar otros comportamientos más humildes, de donación y entrega. Hay que poner voluntad en el cumplimiento del abecedario de la mesura en cada paso que damos. Tenemos que pensar, de una vez por todas, que nadie está por encima de nadie y de que todos nos necesitamos para ese buen propósito de unidad.

La cuestión es batallar por otro mundo distinto a través de caminos diversos. Hacer memoria, y purificarla, nos vendrá bien para enmendar errores vividos en otro tiempo. Bajo esta recuperación de ambientes armónicos hemos de llegar a un nuevo encuentro, tanto de recreación como de regeneración, en el que ha de prevalecer el entusiasmo por vivir y dejar vivir, por entender y dejarse entender, y así poder alcanzar el sosiego y la paz con la que todos soñamos.

A propósito, me viene a la evocación uno de los objetivos más antiguos de las Naciones Unidas, lograr el desarme nuclear a nivel mundial. Sin embargo, hoy en día, todavía existen multitud de arsenales que ahí están, con importante dotación de fondos, lo que representan un gasto considerable para todos los países, hasta el extremo de tener que aminorar prioridades tan esenciales, como la lucha contra la pobreza, la realización de proyectos tanto sanitarios como educativos y ecológicos, o tener que impedir el desarrollo de los derechos humanos, por ausencia de presupuesto al respecto. Son estas contrariedades, precisamente, las que tienen que inquietarnos.

Desde luego, nuestro propio futuro como linaje se asegura, no con los horrores de las armas, sino con la poética del diálogo y la escucha permanente. Tras de sí, cada cual consigo mismo tiene en su propia historia un patrimonio de ideas, de valores y principios, y también una experiencia de sufrimientos, que es lo que en verdad, debe de hacernos reflexionar al respecto.

Nos daremos cuenta, que es un despropósito general, perseguir el poder y perder la libertad. Gran traición para con uno mismo, que siempre ha de mostrar compasión y tener voluntad de ayudar a otros, que para eso hemos venido a este camino de luces y sombras.

Sea como fuere, tenemos el deber de sacar una lección de este pasado que a todos nos acompaña. En cualquier caso, hemos de finalizar con las torpezas de otro tiempo, aparte de alimentar la confianza entre semejantes, generar un sentimiento pacífico que nos haga más resistentes a un cambio notable en las actitudes y estilos de vida, más solidarios y cooperantes.

*Escritor

corcoba@telefonica.net

 

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