DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Modas, costumbres o volver a lo natural

Por: Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 30 de septiembre de 2021 · 00:00

Antiguamente complementábamos a los bebés con otros alimentos diversos a la leche materna desde los primeros meses de vida; en la década pasada se recomendaba iniciarlo a los 4 meses y ahora la recomendación es entre cinco y seis meses de edad. Estos cambios se han dado en base a los avances en el conocimiento de la fisiología del sistema digestivo en relación a los alimentos. Alrededor de los seis meses, el intestino infantil ha logrado madurar lo suficiente y está preparado para una gran variedad de elementos nutricios.

Aproximadamente en los años 40s del siglo pasado, se iniciaron las “papillas comerciales” preparadas a base de cereales industrializados y posteriormente de frutas y de allí se continuó a casi todo tipo de alimentos. En los años 60s se popularizó su uso, se hizo accesible a todas las familias y casi en todos los entornos económicos. Antes de esa época y durante miles de años, se han alimentado a los críos a base de leche materna y alimentos naturales propios del entorno.

En décadas pasadas, se limitaba la ingesta de ciertos alimentos como huevo, pescado, cítricos, leguminosas, entre otros muchos, por la posibilidad de alergia, esto debe tenerse en cuenta cuando hay fuertes antecedentes alérgicos y específicos, en familiares directos. En ausencia de alergias específicas de algún alimento en los padres y en presencia de alimentación exclusiva al seno materno, podemos estar más que tranquilos y ofrecer a nuestros niños desde los cinco o seis meses de edad, gran diversidad de alimentos e idealmente, propios del entorno. Debemos alimentar a los bebés con productos lo más natural posible, sin procesar o mínimamente procesados y ofrecérselos en cuanto estén preparados y adecuados para él.

Los padres actuales tienen dos modalidades para complementar a sus bebés: uno es lo tradicional de las últimas décadas pasadas a base de papillas, todo pre cocido y la otra es permitir que el niño tome con su propia mano sus alimentos. Las abuelitas insistirán con las papillas comerciales o preparadas en casa, así fueron acostumbradas y dirán ¡así te crié y aquí estás!

Lo ideal es combinar ambos métodos, pero paulatinamente debe tomar más alimentos con su propia mano y cada vez menos papillas. Es requisito indispensable para que el niño coja sus propios alimentos, que se siente solo y sin ayuda, lo cual es alrededor de los seis meses y es con el fin de que el niño no se distraiga tratando de controlar equilibrio y pueda mostrar interés para con los alimentos, la meta será que al año de edad esté integrado 100% a la mesa familiar, tanto en tipo como horarios de alimentación.

El que el niño coma con su propia mano obtiene un sinnúmero de beneficios: estimula su coordinación motriz, se interesa más por los alimentos, se auto-sacia y evita comer de más, lo que previene obesidad, NO SE AHOGA, se puede atragantar y si es un niño sano y no sedado por medicamentos, sus reflejos estarán intactos y expulsarán lo atragantado. Broncoaspiran los embriagados, los sedados por medicamentos o los que tienen problemas neurológicos y anatómicos.

Esta forma de alimentación es más perceptiva y al final será un niño que acepte mejor las verduras y todo tipo de alimento. La alimentación, entre más variada es más completa. También se ensuciará más, creo, eso no es ningún problema.

Las horas de las comidas son oportunidades de socialización, de interacción, deben ser momentos gratos, placenteros, se debe evitar el uso de celulares, televisiones, revistas, periódicos, pero sobre todo, evitar regaños. No se vale amargarles las comidas con correctivos, reproches o estar mostrando nuestra supremacía.

Los niños aprenden jugando, ese es su trabajo. Aquel que dijo que con la comida no se juega, creo que nunca fue niño. Permitamos que los niños disfruten esta importante y trascendental etapa de su vida.

Y recuerden, somos lo que comemos, por lo tanto, los niños serán lo que les demos de comer: fresco, natural, variado y preparado en casa. Fácil, puede no ser, pero ¿quién dijo que lo bueno es fácil?

*El autor es médico pediatra

sicardi53@gmail.com

 

...

Comentarios