Registrarán a clientes en restaurantes

Si bien es cierto que quedó sin efecto la obligatoriedad de presentar en restaurantes -y otros tipos de comercios- algún comprobante de no estar sufriendo Covid-19, el hecho es que sí quedó firme la orden de que, por lo menos los restauranteros, levanten una Bitácora con los datos personales de sus clientes.

Se supone que la intención, es poder saber quién o quiénes estuvieron en un lugar, si es que se detecta que alguien enferma de ese virus o sus variantes.

Muchas personas son muy reservadas o privadas con sus datos más sensibles, y hay también aquellos que se ponen furibundos cuando se enteran de que alguno de esos se filtra en algún grupo o se comparte en alguna base comercial.

Pero cuando el grupo de especialistas de la Secretaría de Salud decidió una serie de lineamientos, entre los que estaba aquella polémica medida de presentar una prueba PCR negativa o certificado de vacunación (al cual debió dar inmediata marcha atrás) también acordó que los empresarios levantaran una bitácora diaria, para saber quiénes se reúnen en este lugar.

Como consecuencia de eso, por ejemplo: los restauranteros, deberán preguntar a cada cliente su nombre, número de teléfono y correo electrónico para supuestamente saber cómo ubicarlos en caso de una necesidad.

Según lo que empresarios del ramo dijeron al reportero del barrio, están cumpliendo con esta medida exigida por la autoridad sanitaria, aunque no lo están haciendo de manera tajante porque reconocieron que hay clientes que no están de acuerdo con dar esos datos, no obstante que se les diga que es por su salud.

Hay quienes optan por dar nombres falsos; otros por asegurar que no tienen teléfono, o llegan a inventarse un correo electrónico; y tampoco faltan los que desde que se presentan en el lugar se niegan a otorgar esos informes, y cuando mucho aceptan el gel que les ofrecen para las manos; el que se les tome la temperatura y el que se les exija llevar cubre bocas, porque eso ya es un hecho.

Los “traspiés” de Medina Amarillas
El secretario de Salud del Estado, José Adrián Medina Amarillas, muy seguramente está viendo que es muy difícil esto de ser funcionario, cuando hasta ahora se había mantenido en su práctica profesional de la medicina.

Primero se llevó una “bulla” general cuando de manera prepotente se negó a dar (él sí) su nombre y cargo a un reportero gráfico que lo requería para el registro de la nota del día.

El funcionario le respondió algo así, como que lo entrevistara cuando supiera quién era.

Más recientemente se “resbaló” (porque al final de cuentas él es la “cabeza de sector”), con esto de permitir que se amenazara al sector privado con “sanciones ejemplares”, de no cumplir con la obligatoriedad de pedir una prueba anticovid o certificado de vacunación a sus clientes.

Insisten en la propia gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, fue quien exigió dar marcha atrás con esa medida, lo que seguramente le dejó como “lección” que no se puede tomar, ni mucho menos ordenar una medida, si antes no se tienen analizadas todas las consecuencias que esta pudiese traer.

Ahora se enfrenta con desesperación al hecho de que se le pueden colapsar los hospitales ante el fuerte crecimiento que están teniendo los contagios del terrible “bicho” en Baja California, y es que también no sabemos si por decisión propia, o asesorado por alguien, desmanteló la estructura de combate de la pandemia y vacunación que ya traía muy bien “aceitada” la administración anterior.

Ahora son pocos los lugares en los que se aplica el antígeno, a diferencia de esas enormes jornadas masivas en las que miles y miles eran inoculados diariamente, en una gran cantidad de centros de vacunación, a los que se podía llegar, ya sea a pie o en vehículo.

Pero todo aprendizaje tiene su costo, aunque eso nos afecte también a los ciudadanos.

ANA Y CONDA

Habrá que esperar un poquito más.

PD. - Nuevo encuentro entrando la semana.

PD1.- Hay quienes están afirmando que Ricardo Iván Carpio no cumplirá -tampoco- con los 5 años de ejercicio profesional en el campo del derecho (a partir de la titulación) que supuestamente se establecieron para la figura del nuevo fiscal estatal.

PD2. - Pero ¡Ojo! No se equivoquen. La reforma que se hizo en el Congreso Estatal no establece eso, sino que los cinco años que refiere, es para el ejercicio de una actividad profesional: “relacionada con la investigación de los delitos y el esclarecimiento de los hechos en la procuración de justicia y el combate de la delincuencia”.

PD3. - ¡Ah! Y de paso: “contar con título profesional y/o cédula profesional en licenciatura de derecho”, sin establecer un mínimo de años.

PD4.- Ricardo Iván Carpio Sánchez concluyó licenciatura en derecho en la Universidad Humanitas, Escuela de Estudios Superiores, plantel del Valle, en la Ciudad de México, en el año 2017; y su cédula profesional es la número 10360686.

PD5 - Allá en Ensenada, el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos (CESPE), Jaime Alcocer Tello, le respondió sus “pullas” al presidente municipal Armando Ayala Robles, quien responsabilizó a esa dependencia, de una fuga registrada en días pasados en el Sur de la ciudad, generando fuertes problemas.

PD6.- Por cierto, el alcalde de Ensenada le dice “Castca” a Costco. Me recordó al de la “Canaca”.

afntijuana@hotmail.es