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Depresión en la adolescencia

Por Psic. Belén Preciado Yáñez*
sábado, 15 de enero de 2022 · 04:46

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, y es necesario visibilizar la depresión en la adolescencia, pues es una de las principales afectaciones en esta etapa.

En la mayoría de los casos, la depresión no es detectada ni tratada hasta llegar a la vida adulta, cuando ya ha ocasionados dificultades en las distintas áreas de la vida, como son la familia, el trabajo, la escuela o la convivencia social.

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) establece que sus síntomas incluyen un ánimo triste, una sensación de vacío o irritabilidad, desesperanza, cambios somáticos o cognitivos y, en casos severos, pensamiento suicida.

A esto le agregamos que en la adolescencia se viven una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales. Además, se enfrentan a dificultades de adaptación social en la que sus pensamientos y sentimientos se trivializan por los adultos, pues la adolescencia implica cargar con ciertas normas y expectativas sociales.

La Organización Mundial de la Salud, asegura que los cambios físicos, emocionales y sociales, así como, la exposición a la pobreza, el abuso o la violencia son factores de riesgo de este padecimiento.

La depresión en la adolescencia se ha asociado con diversos factores de riesgo tanto familiares, sociales e individuales. Los factores de riesgo familiares suelen estar asociados con vínculos afectivos negativos, conflicto o violencia intrafamiliar, comunicación deficiente o ausente y separación familiar.

Los factores de riesgo sociales tienen que ver con entornos hostiles, peligrosos o violentos, por ejemplo, acoso escolar, pandillerismo, disponibilidad de drogas o inseguridad. En lo individual, el consumo de drogas y alcohol, un pobre autoconcepto, una baja autoestima y la sensación de soledad son factores que debemos tomar en cuenta.

Es importante señalar que, situaciones a nivel macrosocial pudieran estar involucradas en estos síntomas, por ejemplo, la precariedad, la marginación o la exclusión.

Algunos estudios realizados en Baja California estiman que el 26% de los adolescentes presentan síntomas depresivos, siendo las mujeres adolescentes las más afectas por este padecimiento.

Las violencias tanto en casa como en entornos sociales como la escuela o la convivencia en la colonia o el barrio suelen favorecer el aumento de estos síntomas.

En las festividades navideñas o de fin de año suelen incrementar estos síntomas depresivos, ya sea por la pérdida de algún familiar cercano o reuniones donde está presente un familiar violentador o abusador.

También la situación de la pandemia que ha modificado directamente los espacios de socialización de adolescentes, lo que ha limitado sus vidas de manera considerable. El confinamiento ha marcado las infancias y las adolescencias.

Por eso es importante que los padres, madres o adultos responsables de algún adolescente, prestemos atención a los síntomas mencionados anteriormente y, aún más importante, busquemos ayuda de profesionales de la salud mental si es necesario.

Debemos identificar los lugares en donde pueden prestarnos la atención y el tratamiento adecuado. Existen opciones que incluso ofrecen servicios gratuitos.

La depresión no es algo que pase solo, tampoco es un berrinche del adolescente, mucho menos una forma de llamar la atención. La depresión en la adolescencia existe y debe atenderse con acompañamiento de profesionales.

*Directora de Enseñanza e Investigación en el Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California
 

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