DÍA DEL SEÑOR

II Domingo Tiempo Ordinario. Ciclo C

“María le dijo a Jesús: “Ya no tiene vino” (Jn 2, 1-11) Por: Carlos Poma Henostroza
sábado, 15 de enero de 2022 · 04:42


El Evangelio de hoy nos habla de Jesús que estuvo presente en unas bodas compartiendo el gozo y la alegría de los novios. Jesús fue un invitado, al final los convidó a todos y les dio un vino mucho mejor.

La grandeza y divinidad de Jesús no le impedía estar cerca de las cosas pequeñas de la vida humana de cada día. Esta actitud sería luego criticada por sus enemigos, le llamarían comilón y bebedor simplemente porque participaba en fiestas y celebraciones de sus amigos.

De este modo el Señor santificó con su presencia divina ese acontecimiento crucial en la vida del hombre, bendice la unión entre marido y mujer hasta hacer de ella el gran sacramento, el símbolo vivo de su propia unión con la Iglesia, la esposa de Cristo sin defecto ni mancha.

Con este milagro, realizado gracias a la intervención de María, se pone de manifiesto: Por un lado la ternura de su corazón materno, el desvelo por las necesidades de sus hijos; y por otra parte aparece su poder de intercesión ante su divino Hijo, que se siente incapaz de no atender la súplica de su Madre santísima. Con razón, por tanto, la podemos invocar como Madre de misericordia y como la Omnipotente suplicante.

En las bodas judías una alegría desbordante. Los judíos, especialmente la gente sencilla, de ordinario no bebían vino, pero lo reservaban para las fiestas, sobre todo para las bodas.

La Virgen se dio cuenta enseguida que los novios ya no tienen vino. Ella lo sabe mejor que nadie. Pide, sin pedir. Expone una necesidad: no tienen vino. En medio de la fiesta, María pide a Jesús que haga un milagro de carácter casi familiar y doméstico. Y así llegó la hora.

María conocía bien el corazón de su Hijo. Por eso, actuó como si hubiera accedido a su petición inmediatamente: “Hagan todo lo que Él les diga”, les dice a los sirvientes.

El evangelio tiene interés en señalar el número y la capacidad de las vasijas para poner de manifiesto la generosidad del Señor, como hará también cuando narre el milagro de la multiplicación de los panes, pues una de las señales de la llegada del Mesías era la abundancia de bienes.

Estas vasijas habían quedado en gran parte vacías, pues las abluciones lugar al comienzo de los banquetes. Jesús mandó que las llenaran. Y San Juan nos dice que los sirvientes las llenaron hasta arriba.

Jesús se dirigió a ellos y les dijo: “Saquen ahora, y lleven al encargado del banquete”. Cuando el encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”.

Hubiera bastado un vino normal, o incluso peor al que se había ya servido, y muy probablemente hubiera sido suficiente una cantidad mucho menor. Pero el Señor siempre da con generosidad.

Aquellos primeros discípulos, entre los que se encuentra San Juan, quedaron asombrados. El milagro sirvió para que dieran un paso adelante en su fe, que recién comenzaba. Jesús los confirmó en su entrega, como hace siempre con los que le siguen.

“Hagan todo lo que Él les diga”. Estas son las últimas palabras de Nuestra Señora en el evangelio. No podían haber sido mejores. Después de contemplar este primer milagro de Jesús, pidamos a María que seamos siempre fieles en el cumplimiento del mensaje que ella nos deja: “Hagan todo lo que Él les diga”.

Ojalá, pues, que nuestra confianza en la poderosa intercesión de María Santísima sea total y filial, como la del niño pequeño que confía ciegamente en su madre. Acudamos a Ella siempre que lo necesitemos y en todos los momentos de nuestra vida. Ella, como en Caná, arrancará otro milagro de su Hijo cuando nosotros, como aquellos jóvenes esposos, “ya no te tengamos vino” para seguir viviendo con fe, alegría y perseverancia nuestra vida cristiana.

Que Dios con su infinito amor los bendiga, acompañe y proteja siempre.

cpomah@yahoo.com

 

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