HOY EN LA PLAZA

La calma en el huracán

Por: Ricardo Harte*
lunes, 17 de enero de 2022 · 00:00

- Está linda la tardecita – comentó Agustín- Da ganas de conversar lento, sin pausa.

- Así es – agregó Mercedes – Hay momentos en que se siente que todo el ritmo caótico de todos los días vive una especie de quietud. Como que hay una tregua ¿verdad?

- ¡Exactamente! Y hay que saber reconocer ese “ojo de huracán” que nos permite respirar en calma, descubrir las flores, disfrutar el color de un muro, observar el humo del café. Dejar que lo sencillo que nos rodea se aloje en nuestro ánimo y lo acaricie, lo calme.

- ¡Qué difícil es no hacer nada! Nos cargamos de responsabilidades, de pendientes, de incertidumbres, de temores que nos hacen caminar por la vida como mulas ciegas y sordas atiborradas de peso.

La Plaza parecía inmóvil observando a los niños que corrían, gritaban, se reían mientras subían y bajaban por los distintos juegos.

Ni una hoja se movía.
La brisa de todas las tardes decidió, ese día, descansar.

La luz del sol invernal era tenue, suave, produciendo sombras grises también tenues y suaves.

- Si quieren podemos conversar- intervino Don Sebas- sobre el Cambio Climático y la pasividad de los gobiernos vigilados y paralizados por los intereses de las grandes corporaciones; o podemos conversar sobre los ultimo asesinatos de Estado: en Yemen y Somalia con drones, de Estados Unidos; las ejecuciones extra judiciales en Colombia y Filipinas; o el envenenamiento de Navalny por los rusos; o el asesinato del general Iraní Soleimani hecho también por los drones de Estados Unidos; la lenta muerte de Julian Assange a manos de Estados Unidos e Inglaterra. O podemos conversar sobre el nuevo apartheid del Siglo XXI: la vacunación masiva que favorece a los países ricos. O conversar sobre el costo de las vacunas. Por ejemplo, la vacuna de Pfizer cuesta producirla 1.18 dólares y se vende a los gobiernos a un precio promedio de 25.15 dólares. Los datos anteriores son del Imperial Collegue de Londres.

En fin, temas que colaboren en el goce de esta transitoria tranquilidad de la tarde de hoy, sobran. ¿No creen?

Don Sebas calló. El grupo entró en un incómodo silencio.

- Este…Don Sebas…¿hoy desayunó gallo? Porque si no escuchó los primeros comentarios, justamente lo que no queremos es entrar a estos temas y desaprovechar este escenario, espontáneo, de calma, de reflexión – respondió Agustín.

- Justamente ese es todo el punto – contestó Don Sebas sonriendo maliciosamente – les comenté algunos pocos temas que están hoy bailando en el mundo para que valoraran este instante de mansedumbre en el trajinar de todos los días. Quise ser irónico, pero están ustedes muy serios. Aflójense, distiéndanse…respiren hondo, paladeen el café y después el generoso vino.

- Ah…hoy viene de chistoso…
- Bueno…si lo quieres ver así. Está bien. Sólo quise señalar que el momento en que se rompa el ritmo frenético de nuestro andar para descansar y mirar de dónde venimos, en dónde estamos y hacia dónde vamos, no es un momento que se de gratuitamente. Surge de muchas coincidencias, pero nosotros debemos saber leerlo y aprovecharlo. La Vida te lo pone frente a ti y tú podrás abordarlo, o no.

La tardecita avanzaba sin apuro…
El grupo de amigos adoptó una vez más el silencio reflexivo, pero ahora nada incómodo, sino con el silencio que surgía de las palabras que flotaban en el ambiente, digiriéndolas, catándolas y construyendo la trama de ideas nacidas de la calma.

- Este… como qué abrimos una puerta al diálogo diletante, amoroso, escuchador y Don Sebas nos dio el empujón para que nos zambulléramos a disfrutar de la calma de ese diálogo.

- Eso, eso. Lo que más me quedó de la intervención de Don Sebas es la idea de que disfrutar de un oasis en el barullo de nuestras vidas no sólo depende de que ello surja espontáneamente sino de que sepamos de leer el momento y actuar en consonancia.

La plaza se desperezaba en sus árboles mansos, en sus murmullos musicales y la Vida sonreía.

No todo está perdido.
*Arquitecto uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años

ricardoharte@yahoo.com.mx

 

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