BARÓMETRO POLÍTICO

Profesión mortal

Por: Susana Silva Gallardo*
martes, 25 de enero de 2022 · 00:00

En las Relaciones Internacionales, una de las herramientas de las que más uso hacen los países son las que tienen que ver con la imagen que proyectan hacia los demás integrantes del escenario internacional.

A partir de elementos culturales, políticos e incluso religiosos, los países hacen uso de dichos recursos para construir una política exterior que, de ser exitosa, en la mayoría de los casos les permite proyectar una imagen positiva que sea capaz de orientar y moldear la percepción de los demás hacia el país.

Como consecuencia, esta estrategia puede tener beneficios como escalar la posición del país en términos de poder, incentivar relaciones bilaterales y multilaterales de carácter económico y más.

Sin embargo, la otra cara de la moneda muestra que dentro de la estrategia de la imagen país, otros elementos que el Estado no contempla activamente, pueden jugarle en contra a los gobiernos en turno. El ejemplo más común es el de las situaciones sociales que se dan en contextos determinados dentro del país.

Para el caso de México, lamentablemente ha sido la situación de extrema violencia que se vive en el territorio lo que ha proyectado una imagen de país mucho muy distinta a la que se ha encargado de difundir esta y otras administraciones.

La vulneración de los Derechos Humanos sigue siendo una constante alarmante dentro del país, sobretodo en materia de prensa y periodismo. Esta realidad, tristemente, ha sido avalada por datos que arrojan distintos portales de noticias internacionales, donde se cataloga a México como uno de los países más peligrosos para la prensa, a la par de países que tradicionalmente han sido percibidos de este modo por su historia de conflictos armados, como Afganistán, el cual ocupa el primer lugar.

Tan solo en 2021, se estiman alrededor de 10 homicidios de periodistas en México, aunque se calcula que, en los últimos 5 años, la cifra acumulada ronda la cifra de 66 periodistas. Asimismo, con el primer mes del nuevo año a punto de finalizar, ya se han reportado tres asesinatos de periodistas.

Esta situación, por demás injusta, pone de manifiesto cómo la violencia ha ido permeando en todos los ámbitos de las personas dentro del territorio. Peor aún, que esta violencia se perpetúe de manera exacerbada en contra de quienes han dedicado gran parte de su vida a perseguir las verdades ocultas que residen en un espectro que va desde el crimen organizado a la vida política, dos esferas que en México han probado ser por demás peligrosas.

Desgraciadamente, la impunidad ha sido el gran obstáculo en el esclarecimiento de los casos de violencia en contra de las y los periodistas asesinados en el país, lo que de fondo muestra una indolencia agravada por parte de las administraciones.

Mas aún cuando estos periodistas han hecho de conocimiento común las violentas persecuciones de las que han sido víctimas e incluso de cómo en distintos momentos, han temido por su integridad, por su vida misma.

Por ello, el Estado le ha fallado sistemáticamente a Lourdes Maldonado, a Margarito Martínez y a José Luis Gamboa, quienes, en el ejercicio de su profesión, una profesión que ya es considerada como mortal en nuestro país, fueron silenciados a través del recurso que hoy es el más conocido de México, la violencia.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com

 

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